Este fenómeno que ha revolucionado la forma de ver el entretenimiento y la convivencia funciona las 24 horas del día y no es necesario esperar una hora particular para ver el contenido deseado. La cantidad de series animadas y vídeos orientados a determinadas poblaciones, edades e intereses es prácticamente infinito.

En este contexto nació hace dos años YouTube Kids, una aplicación para teléfonos y tablets especial para los niños que cuenta con una serie de protecciones y control parental que suponen una mayor tranquilidad para los cuidadores principales de los niños y las niñas por la supuesta seguridad que hay en eso tanto en el tipo de contenido como en cantidad de tiempo que pasan consumiendo ese entretenimiento.

La aplicación funciona en parte con listas preseleccionadas de videos separados por edad recomendada, pero aunque hay editores humanos, un algoritmo es el encargado de identificar automáticamente vídeos de interés o los relacionados con los ya vistos como en la plataforma regular.

La diferencia es que este algoritmo ha resultado con un desperfecto en donde se han estado subiendo videos de dudosa procedencia en donde salen los personajes populares de las series infantiles pero con contenido inapropiado, violento y/o sexualizado.

Hasta ahora ha sido difícil saber quiénes o por qué están creando y subiendo estos vídeos. El hecho es que consiguen engañar la selección de programas y colar imágenes y diálogos perturbadores en un video que incluso puede comenzar pareciendo seguro en un inicio o en la imagen previa a su comienzo.

Ejemplos de lo que padres de diferentes países han encontrado son videos en donde los personajes se lastiman entre sí, tienen muertes violentas, se orinan en la cara de otro personaje, tienen relaciones sexuales entre ellos, etc., o en su defecto a medio video aparentemente apropiado aparecen grabaciones de personas reales haciendo tonterías en sus casas, según testimonios.

YouTube ha mejorado sus herramientas para eliminar rápidamente este tipo de videos, pero no han logrado su erradicación y los vídeos señalados por los usuarios pueden tardarse horas en ser eliminados.

Por tanto, podemos asentar que las intenciones de asustar e inquietar a los niños y niñas que consumen esta programación por accidente mientras buscan contenido para su edad e intereses no están definidas, pero la exposición a este tipo de materiales, específicamente los que tienen contenido sexual, es una obvia forma de exposición a materiales para adultos y por tanto una forma de abuso sexual infantil por parte de quienes premeditadamente ponen ese contenido al alcance de niños cuyos padres tranquilamente les permiten verlo pensando que es seguro.

En esto, es importante que padres, madres y cuidadores de niños y niñas estén conscientes de que además de que el exceso de tiempo frente a una pantalla impide el desarrollo motriz y social adecuado de ellos y ellas, no hay filtro que alcance para sustituir el cuidado en cuanto a lo que están viendo, así como las explicaciones acerca de por qué no deben verlo.