Nota publicada el 9 de agosto de 2017por Alfredo Mendoza Rodríguez
Se me ocurrió ir la noche del viernes al primer cuadro de la ciudad. Pensé, es viernes, son vacaciones, el clima por demás agradable, seguro me encuentro mucho ajetreo humano por las calles. Y sí, así ocurrió. Miles de personas, familias completas, muchos niños. La gente arremolinada frente a las fuentes interactivas del malecón, otros cientos por los andadores, los módulos comerciales todos abiertos y vendiendo. Qué bien! Sobre las calles cercanas los comerciantes ambulantes haciendo su agosto en agosto: churros, cócteles de elotes, globos, tacos, palomitas, hot dogs, luces voladoras. Sobre la plancha de la Plaza Cívica los payasitos "leperos" entreteniendo a cientos de personas. Su espectáculo cuestionado, sus chistes, sus palabras en doble sentido, sus ocurrencias. Y viendo y riendo, pensé: - Es viernes, son vacaciones, el clima por demás agradable y con miles de visitantes sobre las calles, lo más seguro es que por aquí anden los elementos de la policía turística, los inspectores del comercio municipal, los directivos de Proturismo, los directores de Educación, de Cultura, Bomberos, Protección Civil, alguno que otro regidor, directivos de cámaras y organismos empresariales ligados al turismo-. Y seguí pensando: -Seguro unos y otros, coordinados, están viendo como salvaguardar la integridad de propios y visitantes. Por aquí han de andar-. Pero no. Fue solo mi imaginación. Mi suposición. No estaban ni unos ni otros. Ni los policías turísticos para coordinar los puntos de cruce, ni los inspectores de comercio para evitar anomalías, ni los de Proturismo para brindar información, ni los de la dirección de educación y cultura ofertando espectáculos, ni bomberos con un puesto de primeros auxilios, ni un solo regidor ávido de empaparse de información. Nadie. Así literal. Nadie. Que tristeza, que pena, que cruel realidad. Somos un destino turístico, sí. El mejor de la entidad, sí. Con mucho que aportar, también. Pero con autoridades y servidores turísticos tirados en la hamaca y con una visión tan diminuta que se pierde en sus pestañas. Ah, por cierto. Gracias a Don Héctor Bautista por sus fuentes y a los payasitos "leperos" por su espectáculo. Ahora sí que muchas gracias!
Limpia
Una pareja de jóvenes, provistos de escoba, recogedor y unas cuantas bolsas de plástico, realizan tareas de limpieza en el primer cuadro de la ciudad. Les confiaron recorrer, como se advierte, desprotegidos de mayor equipo algunos puntos de la ciudad. Y es lo que hacen. No sé si sean los mismos que hacen dicha actividad en la extensión de la playa municipal. Pero el desempeño es muy similar. Recoge lo que puedas y deposítalo en donde encuentres, parece fue la instrucción. Y nada más.
De ese tamaño es la visión turística de prestadores de servicios y autoridades? Parece que sí!
Es una magnífica idea que den empleo a jóvenes de manera temporal. Eso no se discute; se reconoce. Lo cuestionable es la forma. Acaso no hay recursos suficientes como para cómprales uniformes de trabajo? Claro qué hay! Acaso no hay gente preparada en los talleres municipales como para adecuar contenedores móviles para estos trabajadores? Claro que la hay! Acaso no existe coordinación entre autoridades y prestadores de servicios turísticos para fortalecer este tipo de acciones? Por supuesto que no!
Ahí si nos topamos con pared.
Playa Municipal
Hace días ocurrió una riña campal en la playa municipal. Sí, justo en la zona conocida como la "cantinota". En ese espacio supuestamente destinado para la sana diversión y el esparcimiento de las familias. En ese espacio donde las autoridades simple y sencillamente permiten excesos de todo tipo. El desenfreno total. Para esa parte de la ciudad no hay reglamento que encaje. Es el "dejar hacer y dejar pasar". Mientras tengamos autoridades reactivas y no preventivas, a eso y más estamos expuestos.
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