Durante años se ha hablado de las desgarradoras circunstancias y consecuencias en las que le ha llevado a cabo la mutilación femenina y existen recientemente corrientes de pensamiento en los países nórdicos que ven la circuncisión masculina como una forma de mutilación en contra de la cual están luchando y poniendo en la mesa la idea de dejar de practicarla e incluso prohibirla si no hay una razón médicamente válida para llevarla a cabo.
La lucha por conservar el prepucio tuvo su voz en una reunión en Noruega donde había doctores y cirujanos de Dinamarca, Suecia, Islandia, Finlandia y Groenlandia. Entre las cosas dichas en esta reunión se menciona que el procedimiento está contra lo acordado en la Convención para los derechos de la Infancia en las Naciones Unidas que menciona que “los niños deben estar protegidos para poder expresar sus propios puntos de vista y de rituales tradicionales que puedan ser dañinos para su salud”.
En otras palabras, los niños y jovencitos deberían esperar hasta que sean los suficientemente mayores para decidir por sí mismos si quieren hacerse la circuncisión, en contraparte con las tradiciones de ciertos lugares y religiones en donde la circuncisión se hace poco después del nacimiento bajo diferentes explicaciones.
Entre los beneficios en la circuncisión masculina está dicho que reduce el riesgo de transmisión de los virus de papiloma humano y de inmunodeficiencia humana (aunque lo que transmite estos virus son los fluidos corporales y el contacto piel con piel del área infectada, no siendo necesariamente nada más el prepucio), que las mujeres prefieren el pene circuncidado por razones estéticas, por razones de higiene (aunque nada impide que tengan una buena higiene si no están circuncidados), porque los penes circuncidados tienen mayor contacto con la vagina, mayor estimulación y otras cosas que en general se supone que mejoran las posibilidades de alcanzar un orgasmo durante el intercurso sexual.
La circuncisión por razones religiosas pasa prácticamente en todos lados, siendo en nuestro país las raíces judeo-cristianas de pensamiento las que llevan a pensar en la circuncisión como algo bueno y deseable aun cuando ya ha pasado bastante tiempo desde que se dijo que esto debía ser así. Otro ejemplo está en algunas tribus africanas en donde la circuncisión es un símbolo de pasar a la adultez y pone a los jóvenes en estatus de guerreros.
Se preguntó a algunos hombres en una encuesta anónima sobre su vida antes y después de la cirugía y algunos opinan que ha sido una mala decisión porque les impide tener una masturbación adecuada o al menos parecida a lo que ellos hacían antes. Por otro lado, hay hombres que reportan resentimiento por habérselas hecho cuando eran bebés y hubieran preferido no hacérsela.
La idea de la propuesta hecha en Noruega es cuestionarnos acerca de los derechos de los niños y sobre que es mejor educarlos a ellos y a sus padres respecto al respeto al cuerpo y las decisiones de sus hijos, así como hacer hincapié en el hecho de que la circuncisión desde un punto de vista médico es innecesaria siempre y cuando el hombre o niño pueda retraer su prepucio hasta el final y pueda lavarlo adecuadamente para deshacerse del esmegma que aunque es un desecho natural del cuerpo, de no ser retirado puede ocasionar infecciones y consecuencias graves. Es decir, la circuncisión solo debe hacerse cuando hay fimosis o alguna indicación médica. Si bien el procedimiento es seguro y hay una tasa muy baja de complicaciones, tomemos en cuenta que el cuerpo tiene todo lo que tiene por una razón más allá de nuestro criterio estético.