Carlos Trejo Lerdo de Tejada, cuando era Secretario de Educación Pública, tuvo la brillantísima idea de sustituir el símbolo de Santa Claus por el de Quetzalcóatl.
Fue el 26 de noviembre de ese mismo 1930 cuando en entrevista personal con el entonces presidente de la República, don Pascual Ortiz Rubio, Lerdo de Tejada le propuso su proyecto.
El periódico El Universal en fecha 27 de noviembre lo publicó así.
Don Carlos Trejo Lerdo de Tejada, informo:
“Ayer tuve el honor de comer con el señor Presidente de la República y durante la comida acordamos la conveniencia de sustituir el símbolo de Santa Claus por el de Quetzalcóatl, divinidad que sí es mexicana”; Pero ––preguntaron los periodistas–– “¿Qué se busca con este cambio?”, a lo que el funcionario contestó:
“engendrar en el corazón del niño amor por nuestra cultura y nuestra raza”.
Para tal proyecto se elaboró una réplica, fiel, del Templo de Quetzalcóatl en el terreno de juego del Estadio Nacional, se hizo la convocatoria pública fijándose la fecha del evento el día 23 de diciembre.
Se calcula que unos 15 mil niños acudieron al estadio y después de dar inicio la ceremonia, luego de cantar el himno nacional , subieron a lo más alto del templo a recibir sus obsequios: dulces y suéteres rojos.
A los 4 días de pasado el evento don Carlos Trejo recibió su propio regalo, no de Santa Claus ni de Quetzalcóatl sino del mismísimo presidente de la república: La gubernatura del Territorio Norte de la Baja California donde rigió nuestros destinos hasta el 7 de noviembre del año siguiente. Pensamos que hubiera pasado si su posición de gobernador se hubiera prolongado un poco más, digamos hasta la navidad de ese mismo año. Quien habría de sustituir aquí a nuestro simpático Santa Claus.
Por lo pronto ese acto que se realizó en la capital mexicana nunca más se repitió.
De mi parte quiero hacer extensivo a todos mis amables lectores mis deseos de paz, bienestar, salud y alegría en estas fiestas decembrinas.