Así, de plano, se hicieron pelotas.
Se enredaron, pues, en su desdén. En ese mezquino interés de componer el mundo a su modo, como si este no diera giros antes que ellos arribaran al poder.
El carnaval de Ensenada se encuentra en riesgo de no realizarse por primera vez en sus casi cien años, a consecuencia de eso.
Del cúmulo de desinformación y soberbia de un grupo de regidores que, en serio, suponen tener la receta secreta para revelar el misterio del hilo negro.
Por eso dieron vida a la ocurrencia de licitar con carácter de nacional la organización del próximo carnaval de Ensenada.
Le dieron vida a la ocurrencia y luego se olvidaron de ella. Tan se olvidaron que al 19 de diciembre aún no se publicaba la citada convocatoria .
Y el carnaval empieza el 8 de febrero. Si es que empieza.
Pero al interior del Cabildo no existe preocupación. Nadita. Sostienen qué hay varios interesados en organizar el carnaval bajo las condiciones que ellos diseñaron.
Que incluso, créanlo, hay una empresa brasileña en organizar el carnaval de Ensenada. A menos que sea el restaurante de carnes que opera sobre el bulevar costero, no veo qué empresa sudamericana pueda abrigar ese interés.
Pero tampoco se preocupan los ediles, porque sostienen que siempre sale alguien que se interese por organizar el festejo y si hay interés en por algo.
O sea, como nuestro carnaval es un negociazo, sobra quien lo organice.
Pero es una vil mentira que exista una fila de interesados en organizar nuestro carnaval. Mucho menos que exista el interés de una empresa brasileña por responsabilizarse de la festividad.
Eso es otra de sus ocurrencias.
Lo cierto es qué hay dos empresarios, Fernando Mancilla y Rodolfo Lizárraga, a los que se les dio de palabra la organización del carnaval y que no les ha cumplido.
Que de repente, bajo el estandarte de empujar un carnaval transparente y ordenado, los regidores se aventaron la ocurrencia de licitarlo y retrasar con ello los trabajos que ambos empresarios ya habían iniciado.
Y es tiempo pues de que no hay convocatoria de licitación, que no hay responsables de la organización, que no hay zona de festejos autorizada, que no hay tema para el carnaval, ni exhortos para comparsas ni carros alegóricos, ni difusión, ni tratos con patrocinadores o proveedores de servicios.
Nada hay que no sea desinformación y exceso de soberbia. Eso sobra.
Y el riesgo de que el carnaval no se realice por primera vez en sus casi cien años.
Habrá alguien que les diga que el mundo ya giraba antes que ellos arribaran al poder?
Ojalá que si.
Ah, por cierto, la avenida Ruiz aún no se descarta como zona de festejos.
Revelaciones últimas
Un policía ministerial pasará un año suspendido de sus labores luego de que causó daños a una negociación, cuando tripulaba un vehículo oficial.
Se presume que el agente se encontraba en estado incompleto de embriaguez al momento del percance. Y se presume porque aunque intervino la Policía Municipal no hay parte oficial al respecto.
Por lo pronto se giró la instrucción para que ningún agente de la Policía Ministerial utilice vehículos oficiales, fuera de sus horarios de trabajo.
Inspector y bombero, denunciados
Un inspector de comercio municipal y un bombero enfrentan una denuncia penal por abuso de autoridad.
La denuncia la interpuso un comerciante de un mercado popular.
Que el inspector estaba en su día de descanso y el bombero de vacaciones, cuando intentaron decomisar mercancías alegando la comisión de infracciones.
Hoy inspector y bombero están en complicaciones.