La semana pasada inició con un escándalo en que se relaciona el uso de Facebook, una consultora y procesos electorales, lo que de inmediato colocó las luces sobre el acuerdo firmado por Facebook y el INE a principios de febrero de este año.
Aunque por parte de la red social han intentado dejar claro que no son editores de contenidos, el acuerdo firmado con el INE, Facebook va a tener información en tiempo real sobre los resultados preliminares de la votación y podrá publicarla. Esto además de que contará con un espacio físico en las oficinas del INE.
En su momento el INE especificó que el convenio con Facebook "no tiene nada que ver con compartir datos personales" y que no se entregará la información de los votantes, lo que se convierte en uno de los elementos relevantes a la luz del caso de Cambridge.
El otro elemento está relacionado con la distribución de las llamadas fake news, que de acuerdo a los expertos, fueron de alta influencia en la pasada elección de Estados Unidos.
En México hace varios procesos electorales que hablamos de campañas negras y guerra sucia sin que quede claro un personaje visible que cargue con la responsabilidad... a lo mucho cada candidato se lleva una tajada del costo político.
El hecho de que ahora los ciudadanos puedan señalar a un responsable directo es un arma de dos filos, pues mientras resulta positivo que se dude de la veracidad de toda información, la existencia de un culpable libera al lector de toda la responsabilidad que implica ser un propagador de noticias falsas.
Seguramente la plataforma Facebook tendrá que establecer mecanismos para minimizar el impacto, pero como todo sistema, afinar la herramienta será un proceso lento del que no tendremos ninguna garantía hasta que sea probado en varias ocasiones.
Si como se ha dicho, las redes sociales son el arma a emplear para gestión de votos, no le extrañe que muchos de los disparos salgan por la culata.