Cooper Hefner, hijo del legendario Hugh y director creativo de la revista Playboy, anunció la semana pasada que su grupo cancelaría sus cuentas de Facebook por dos razones fundamentales: el manejo los datos de usuarios (puesto al descubierto después del caso Cambridge Analytics) y porque además considera a la red social como sexualmente represiva.
La cuenta oficial de Playboy en Facebook tenía la nada despreciable cantidad de 25 millones de seguidores, lo que representa un activo equivalente a 150 millones de dólares de presupuesto anual para comunicación.
Esta es la traducción del anuncio hecho en Twitter: “El conocimiento de la reciente intromisión en una elección libre de EEUU demuestra aún más otra preocupación que tenemos de cómo manejan los datos de los usuarios, más de 25 millones de los cuales son fanáticos de Playboy, lo que nos deja claro que debemos abandonar la plataforma”.
Y agregó: "Las guías de contenido y políticas empresariales de Facebook siguen contradiciendo nuestros valores".
Esta protesta, porque no se puede llamar de otra forma, se suma a la protagonizada por el empresario sudafricano Elon Musk que ordenó se dieran de baja las fanpages de Tesla y SpaceX como parte de un movimiento que promueve la eliminación de perfiles de facebook.
Ante este escenario vale la pena preguntarse: ¿los usuarios necesitan a Facebook o es la red social quien necesita a los usuarios?
Para los medios de comunicación, la producción de contenidos implica la mayor parte del gasto corriente... la mayor parte de ese dinero va destinado al recurso humano.
Las redes sociales convirtieron en productor al consumidor de contenidos, lo que derivó en la categoría que hoy conocemos como prosumidor, de ahí que al ingresar a su cuenta, existan muchas invitaciones a compartir lo que sea: un recuerdo, un estado o la fotografía que acabas de tomar con el celular.
La salida de Playboy es apenas un granito de arena menos, sin embargo, tiene un peso enorme si se considera el momento particular a raiz del escándalo y la decreciente tasa de crecimiento en usuarios jóvenes.
Ahora todos exigen respuestas a Mark Zuckerberg, que de mantener el silencio, pasará a la historia como una prueba más de que aquello que llega rápido, se va igual.