Siendo Porfirio Díaz uno de los generales héroes de la batalla del 5 de mayo de 1862, este era un festejo que realmente le agradaba, el haber luchado al lado del General Ignacio Zaragoza quien era el General en Jefe del ejército de Oriente, decía Porfirio ¨pareció un sueño el haber derrotado al mejor ejercito del mundo, el francés¨.

Así lo publicó Mundo Ilustrado en mayo de 1902.

Para solemnizar el aniversario de la gloriosa batalla del 5 mayo de 1862, el Ayuntamiento de la capital, y la Secretaría de Guerra y Marina organizaron una brillante ceremonia cívica y una parada militar que se efectuaron en medio el mayor entusiasmo.

La comitiva oficial salió de palacio en carretas descubiertas rumbo a Chapultepec, deteniéndose en el panteón de San Fernando, donde Porfirio Díaz rindió un emotivo homenaje en la tumba del general Ignacio Zaragoza, la comitiva era de 10 carruajes ocupados por el Presidente, Secretarios de Gobierno, funcionarios, Diputados,

Senadores, miembros de la Suprema Corte de Justicia. Los últimos en apearse fueron el Gral. Díaz, y el Ministro de Guerra Manuel González Cosío.

Al legar al panteón la comitiva hizo guardia de honor, con bandera, el clarín y música. Hizo los honores el Primer Magistrado de la Republica, el sepulcro del general Zaragoza estaba vistosamente adornado con flores, banderas, y atributos de guerra, numerosas coronas.

De San Fernando enfilo por la calle de Rosales, dando vuelta por la glorieta de Carlos IV, siguiendo por la Calzada de Reforma hasta el bosque. A lo largo del Paseo se encontraba la tropa, que en columna de honor desfilaría acompañando al General Díaz.

A las 10 en punto un toque de atención anuncio la llegada de la comitiva, y la música de la Gendarmería y de los batallones 10 y 23 dejaron oír el Himno Nacional, la tribuna estaba adornada con un bello toldo rojo con flecos dorados.

El acto oficial consistió en la lectura del parte al Supremo Gobierno por el General Zaragoza con respecto al 5 de mayo, se entregaron reconocimientos a los soldados combatientes de esta gesta, al terminar esta la comitiva regresa a palacio para presenciar en grandioso desfile militar, marcando a la cabeza de las tropas una descubierta de Gendarmes del ejercito; seguida por los cadetes del Colegio Militar, banda de artillería, distintos batallones y regimientos designados por la comandancia militar y finalizaba con los batallones de los cuerpos rurales.