El 10 de febrero celebramos una vez más el Día Mundial de las Legumbres, establecido en el 2016 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El objetivo primordial es destacar que las legumbres juegan un papel muy importante en la sostenibilidad, en la mejora de la nutrición, en la seguridad alimentaria y en la lucha contra el hambre y la desnutrición.
La FAO convoca a organizaciones y gobiernos a difundir y fomentar el uso de las legumbres por su alto contenido de una proteína de elevadísima calidad, además de ser es un alimento muy eficiente y sostenible, capaz de ayudar a combatir diferentes enfermedades y reducir el riesgo de sufrir sobrepeso y obesidad por lo que puede ayudar de forma significativa en la seguridad alimentaria mundial.
La FAO destaca las razones saludables para consumir legumbres:
Por su reducido contenido en grasas, como el resto de alimentos vegetales, no tienen colesterol, por lo que contribuyen a disminuir los niveles de grasa corporal, mejorar las funciones del sistema inmune, reducir la presión arterial y mejorar el funcionamiento del sistema nervioso; son bajas en sodio, por lo que merece la pena incluirlas en la dieta habitual como parte de la estrategia para controlar la hipertensión; son fuente de proteína vegetal, convirtiéndose en uno de los alimentos básicos de las dietas vegetarianas y veganas; son fuente de hierro, y la absorción que realiza el organismo de este mineral es mejor que el de origen animal, sobre todo se recomienda combinarlo con alimentos ricos en vitamina C; son ricas en potasio, nutriente necesario para el buen funcionamiento del corazón, del sistema digestivo y los músculos; son ricas en fibra alimentaria, liberando diversos ácidos grasos de cadena corta como puede ser el butirato; son fuente de folatos, se trata de una vitamina esencial para la función del sistema nervioso y para la prevención de anomalías en el feto. También la recomienda por su contenido en vitaminas B1 (tiamina), B3 (niacina) y B6 (piridoxina), esta última imprescindible para la formación de glóbulos rojos; por su bajo índice glucémico, lo que significa que el aumento de glucosa en sangre después de su ingesta es lento y constante, por lo que son beneficiosas para quienes padecen diabetes y en prevención de esta enfermedad. No contienen gluten, por lo que son adecuadas para quienes padecen alergia al gluten o son celiacos. La FAO destaca finalmente que se trata de un alimento que se puede almacenar durante bastante tiempo, por lo que puede ayudar a diversificar las dietas, especialmente en los países en vías de desarrollo.