Investigadores del Tecnológico de Monterrey descubrieron que el hueso del aguacate escondía un secreto que puede salvar vidas.
El proyecto nació hace más de 10 años, a partir del acercamiento entre una empresa que utiliza la pulpa del aguacate para hacer guacamole con fines comerciales y desechaba el sobrante, donde los investigadores del Tec de Monterrey buscaron si tendrían algún uso.
La Dra. Rodríguez afirmó que en primera instancia, la intención era ayudar a resolver un problema ambiental derivado de los desechos del aguacate, sin embargo, al analizar el contenido del hueso se llevaron una enorme sorpresa.
Descubrieron la presencia de acetogeninas, que pueden ser usadas para la fabricación de medicamentos y también como conservadores de alimentos.
De este descubrimiento surgió el Avocardio y Avosafe. Avocardio, un ingrediente que puede emplearse en alimentos o suplementos alimenticios como una alternativa natural para la prevención de enfermedades vasculares, y Avosafe conservador natural que podría sustituir a los conservadores de uso común que muchas veces están asociados con el desarrollo de algunos tipos de cáncer.
Cómo funcionan las acetogeninas
Las acetogeninas tienen un efecto anticoagulante que previene que se formen ‘tapones’ en el torrente sanguíneo, reduciendo las embolias e infartos.
Este efecto es similar al que tienen medicamentos como la aspirina, pero al ser un tratamiento natural no tendría efectos secundarios.
“El producto puede ser consumido especialmente por las personas que tienen alto riesgo de padecer un infarto o una embolia […] o personas que las han sufrido y tienen que llevar un tratamiento de por vida”, indicó la Dra. Dariana Rodríguez, integrante del equipo del proyecto.
Como primera fase, las moléculas serán añadidas a diversos alimentos, pero podría ser sintetizado como una píldora en el futuro, indicó Rodríguez.
La investigadora señaló que el trabajo ya ha sido protegido con patentes, pero existen protocolos para que los productos sean aprobados por agencias de salud nacionales e internacionales.
“El nivel de desarrollo tecnológico que tenemos ahorita es entre 6 y 7 dentro de 9 niveles, por lo que en tiempos de desarrollo tenemos aún camino que recorrer”, indicó la investigadora.