En una entrevista difundida por el diario español El País, el llamado rockstar de la filosofía actual Marcus Gabriel, retoma una de las tesis marxistas y pone en contexto los asuntos políticos, las noticias falsas, a los presidentes que gobiernan desde Twitter y el papel que juegan los empresarios que dirigen redes sociales: “Como filósofos no tenemos que diagnosticar, tenemos que reparar”, dice.
En referencia directa a los lideres de las redes sociales que han unido al mundo bajo sus plataformas, expone que es urgente destronarlos, pues “nos han convertido en un proletariado digital a su servicio”.
Marcus Gabriel señala que en el fondo, el gran asunto es la crisis de representación que aqueja a ciudadanos de todo el mundo, pues la gente duda de la realidad que exponen los medios de comunicación y de quienes deben expresar sus voces en esferas políticas como los congresos o parlamentos. Ante esta situación las llamadas fake news encuentran un terreno fértil.
Lo expresa de la siguiente manera: “Ahora asistimos a un nuevo tipo de propaganda que trata de decirnos que no sabemos lo que sabemos. Trump, el Brexit, no son mentiras, sino que son intentos de manipular a la gente para que crean que no saben lo que saben”.
En el consumo de esta información, en las búsquedas, en las cosas que se comparten a través de Facebook, dice, existe un trabajo realizado por todos nosotras y que queda expresado en un rastro digital que las grandes empresas capitalizan como sistemas de información para anticipar comportamientos sociales.
Por esto Marcus Gabriel enfatiza: “hace falta una revolución digital como fue la Revolución Francesa. Hay que destronarles por la vía democrática. Necesitan sanciones reales, probablemente incluso deberían acabar en la cárcel. Silicon Valley y las redes sociales son grandes criminales. Están ahí para explotarte, para hacerte adicto, como ya han estudiado los neurocientíficos. Saben que te vas a hacer adicto a tu teléfono. Son como Philip Morris, como la heroína. No hay investigaciones serias sobre la actividad criminal de Silicon Valley. Es un ataque de EE UU y de China y no estamos respondiendo. La UE trata de combatirlo, pero no lo suficiente”.