En menos de veinte años, el tiempo que los niños menores de tres años pasan frente a una pantalla se duplicó, de acuerdo a un estudio publicado por la revista JAMA Pediatrics.
Los datos de inicio para dicho estudio toman 1997 como punto de partida, cuando evidentemente la pantalla en cuestión se trataba de un televisor. En ese momento el tiempo medido frente a una pantalla era de 79 minutos que para 2014 alcanzó los 183 minutos.
La investigadora principal de este estudio es Weiwei Chen, profesora asistente del Departamento de Política y Gestión de Salud de la Universidad Internacional de Florida. El objetivo fue determinar la interacción de los niños con la pantalla, que al inicio representaba básicamente televisores, videojuegos y computadoras, pero al paso del tiempo incorporó tabletas, teléfonos inteligentes, dispositivos de aprendizaje y lectores electrónicos.
La pediatra Wendy Sue Swanson, directora de innovación digital del Hospital Pediátrico de Seattle, se manifestó en contra de que los dispositivos de aprendizaje se coloquen en la misma categoría de aquellos que llevan como finalidad exclusiva el entretenimiento: "no es el hecho de que se trate de una pantalla... observar el contenido al que se accede es fundamental", explicó.
Otros estudios han asociado el tiempo frente a pantalla a diversos tipos de trastornos de orden cognitivo, lenguaje y emocional principalmente, lo que se asocia a que se trata de una menor cantidad de tiempo de socialización para el niño.
A esto, la Academia Estadounidense de Pediatría, respondió con la recomendación de evitar por completo las pantallas en niños menores un año y medio. En el caso de los niños de 2 a 5 años, limitar el tiempo de pantalla a una hora por día, siempre procurando que se trate de contenidos de calidad.