En esta pandemia cuando por convicción y por obligación tenemos que estar en nuestra casa para prevenir, contagios y propagación del COVID-19, encuentro que debo ser más condescendiente, amoroso, paciente, cooperativo, es decir más integral con nuestra familia, especialmente con mi esposa con la que comparto el mismo techo.
Al ser personas mayores de 70 años, compartimos todo, cariño, espacios físicos, el jardín, mascotas y los artículos de entretenimiento, televisión, computadoras, teléfono, cocina, baño, etc., pero sobre todo el poder conversar muchas veces con la mirada, no hace falta vocalizar palabra alguna, la mirada, los gestos, los movimientos lo dicen todo.
Nuestros hijos tiene sus familias y no porque sean menores que nosotros tenemos que exponerlos al contagio, ellos tiene hijos y la pandemia porque estamos viviendo no respeta edades, hay lugares que tenemos que visitar personalmente, y hay lugares en los cuales no nos permiten entrar y somos discriminados como si la vejez sea síntoma de contagio.
Hoy encontré un poema anónimo que quiero compartir con Ustedes:
Siempre que ames a alguien. Di una oración por él, (ella) pues aunque él (ella) no se dé cuenta siempre, le harás un bien.
No es necesario decírselo, simplemente hazlo de corazón, es lo mejor que puedes hacer por
El dueño de tu amor.
Dios protege a quien hace oración si es que por otro se pide ¿Qué mayor bondad existe que orar por amor?
¿Quieres que te sigan amando? Solo tienes que quererlo, pero quererlo de verdad y siempre Rezar por él (ella).
No preguntes ¿Me amará?
No pienses ¿Me olvidara?
No dudes, haz una oración por él
(Por ella) Y Dios te compensará.
Si de verdad amas siempre pide por él (ella).
Desea lo, mejor para él (ella),
Tu cuentas tanto como él (ella).
Si tu oración es sincera ésta llegará a Dios, y Él que todo lo puede, te dará, del que amas su corazón, no importa si somos jóvenes, viejos hombres o mujeres.
Por eso siempre que ames a alguien, di una oración por él (ella).