Los brotes de enfermedades infecciosas, en particular los que resultan de nuevos patógenos emergentes, se han incrementado significativamente en las últimas décadas. Los brotes recientes de Ébola, MERS, influenza pandémica y Zika, entre otros, ilustran la creciente importancia de las enfermedades infecciosas y la necesidad de una mayor atención a ellas. La más reciente, la pandemia del SARS-CoV2, que produce la enfermedad del COVID-19, ha puesto en primer plano carencias sociales no siempre evidentes, reconocidas, o atendidas tanto en países desarrollados como en países en desarrollo.
Este estudio, titulado “Vulnerabilidad Social al COVID-19 en Baja California”, realizado por Roberto Sánchez Rodríguez, Eduardo Morales y Francisco Lares, desarrolla un esquema analítico de la vulnerabilidad social al COVID-19. Su objetivo es apoyar en la toma de decisión en los sectores público, privado, social, y el público en general, que ayuden a proteger a la población más vulnerable ante la pandemia del COVID-19.
La pandemia de COVID-19, como la influenza A/H1N1 en 2009, ha puesto en primer plano carencias sociales no siempre evidentes, reconocidas o atendidas. Por el momento, la atención al COVID-19 en México y en Baja California se ha enfocado en los aspectos médicos, pero se ha prestado poca atención a la identificación de los sectores de la población más vulnerables ante la pandemia, así como a medidas y acciones pertinentes para reducir el contagio comunitario y sus consecuencias en esas comunidades.
Este estudio, enfocado en la vulnerabilidad social al COVID-19, contribuye a hacer visibles las comunidades -de lo 5 municipios del estado- con bajos recursos, con frecuencia olvidadas. En él se retoman varias de las lecciones aprendidas de la pandemia de influenza A/H1N1 del 2009 y especialmente relevantes a la pandemia del COVID-19. En particular, se destaca el hecho de que las enfermedades infecciosas emergentes no constituyen únicamente problemas médicos, son también problemas sociales, por lo cual requieren una atención cuidadosa de la relación entre el evento infeccioso y las condiciones socioeconómicas de las comunidades. Por ello, el análisis de la vulnerabilidad social es relevante para guiar el diseño de planes de prevención y acción tendientes a reducir el impacto desigual de la morbilidad y mortalidad en la población más desfavorecida.