Su planta original iba a recibir Gas Natural Licuado (GNL) de Bolivia para llevarlo al mercado de energía del sur de California. Costa Azul iba a calentar el líquido a gas, como una estufa evaporando agua, y ponerlo en los gasoductos. El mercado falló.

Ahora el gas natural (metano) producto del fracking puede ser exportado como GNL al mercado asiático. Hay que enfriárlo, como un refrigerador. Sempra no hizo una manifestación de impacto ambiental para ese refrigerador.

Ya hace 15 años Sempra prometió dinero al ayuntamiento. Parece ser que los malos manejos fueron la excusa, justificada, de parar las donaciones. ¿Cuál es el interés de tanto donativo, preguntar el uso de los dineros y premiar fotos para un calendario?

El poder clamar que son vecinos responsables aunque una fuga de gas metano puede ser catastrófica para los ecosistemas y la economía ensenadenses. El no tener las regulaciones ambientales californianas para el manejo del metano. Además, Cualquier fuga sustantiva de metano se aplica a la contabilidad de producción de gases de efecto invernadero en éxito y no en los Estados Unidos.

No creo que se trate de hacerse amiga de Ensenada, más bien compran la indiferencia ciudadana de una planta lejana con un riesgo aparentemente remoto. Tampoco quieren hacerse de oposición en los Estados Unidos. Hace 15 años formamos una coalición binacional de oposición a la planta en Costa Azul. Hace 15 años nuestra inquietud atrajo a los diputados federales quienes presenciaron la violación de la soberanía nacional: hay un puerto internacional en México sin oficinas de aduana o migraciòn: Costa Azul.

La inversión de Sempra de 400 ó 500 millones de pesos para embaucar a Ensenada es una gota en el océano del mercado de energía mundial.