Alrededor de esta actividad queramos o no, se ha fincado un importante desarrollo económico ya que el narco, genera en la región una millonaria derrama que como toda actividad ilícita está libre de impuestos.

Nadie sabe cuanto dinero mueve el narco en la entidad, pero parte de lo que invierten está en cuestiones inmobiliarias y como grandes consumidores en la industria automotriz, telefonía celular y servicios entre muchos otros rubros.

Alrededor de esta actividad, existen además fuertes intereses políticos, junto al letargo, indeferencia y colusión evidente de quienes en los hechos son los responsables de su combate.

Las declaraciones del Subdelegado de la PGR en Ensenada son apenas una muestra leve de cómo lo que ocurre en la plaza de la PGR es conocida por todos, menos por ellos y mas que un respuesta estúpida, se convierte en un síntoma de lo que todos también saben, no solo no les interesa lo que ocurre, sino que tampoco les interesa el como y mucho menos el quien.

Sin embargo también es cierto que las ciudades tienen las autoridades que se merecen, porque la PGR desde hace muchos años ha demostrado con creces que su actividad en la localidad es nula.

Las capturas trascendentes se han derivado de otras corporaciones, las investigaciones que han concluido en algo, también.

Pero las liberaciones de adictos que pululan en las calles son producto de esa misma Pocuraduría Federal que recibe entre tres y cuatro personas diarias con sus respectivas dosis de droga para liberarlas de inmediato.

La PGR ha logrado con su actitud que el narcotráfico se haya posicionado en esta ciudad porque no ha contado con personal capacitado para llevar investigaciones inteligentes y comprometidas con su objetivo.

Los adictos y los traficantes han entendido el mensaje, para vender droga en la ciudad es necesario llevar uno o dos dosis para que al ser revisados aduzcan adicción y sean turnados a Isesalud, donde tampoco harán nada.

Diariamente se detienen, hombres y mujeres , jovenes y viejos con distintas dosis de droga pero no se sabe, quien la vendió, quien la distribuyó, quien la transportó, quien la cosechó, la sembró y la financió.

Todo termina en los adictos cuando debería empezar en ellos.

Esporádicamente como en el Caso del Mayelito, el asesino de Ortiz Franco, los retenes de El Zorrillo o un alto que se pasó alguien deriva en un “chiripazo” que permite una captura.

No hay en Ensenada una sola historia de éxito ligada a la PGR, una historia donde puedan contar que han resuelto un crimen ligado al narco, que han detenido a un narcotraficante, que saben quien realizó una ejecución.

No hay de la PGR una sola historia que hable de trabajo, de compromiso, y de voluntad, quiza es por eso que al ser calificados por la ciudadanía en materia de confianza y honestidad, apenas hace unas semanas, ni siquiera resultaron reprobados, porque los ubican mas como cómplices de los criminales que como autoridad.