Álvaro Monterrosa menciona que “es un estado fisiológico que responde a mecanismos neuroendocrinos y aflora cuando el organismo está bajo condiciones de riesgo o desventaja… es una sensación displacentera”. Este trastorno del estado de ánimo se caracteriza por alteraciones emocionales, fisiológicas y cognitivas, produciendo en la persona síntomas diversos: manos sudorosas, dolores de cabeza, temblores, dolor abdominal, taquicardia, pensamientos intrusivos con connotaciones negativas, miedo irracional, insomnio, náuseas, problemas para concentrarse, percepción alterada y en casos más intensos, sensación de ahogo, dolor de pecho y los pensamientos intrusivos (sentir que se vuelve loco o que se va a morir por ejemplo) provocan una despersonalización en la persona que los padece. Esta sintomatología no se tiene que presentar toda necesariamente, de hecho, la ansiedad como tal, es común que se manifieste en las personas en general, lo que la convierte en un trastorno es la intensidad de los síntomas y la frecuencia de los mismos.

A su vez, Xavier Franco explica que “la ansiedad es una experiencia emocional que se considera normal cuando se tiene conocimiento del propio ser, lo que permite movilizar las operaciones defensivas del organismo”, también menciona que las causas de la ansiedad no son totalmente conocidas pero se encuentran involucrados factores biológicos, ambientales y psicosociales.

Se estima que en México, alrededor del 15% de la población manifiesta algún trastorno de ansiedad, siendo el 44% hombres y el 56% mujeres quienes presentan algún síntoma, esto de acuerdo con información recabada por la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado, lo que nos coloca como el país con mayor nivel de ansiedad dentro de la OCDE.

Por otro lado, se cree que la pandemia provocó que los síntomas de ansiedad se intensificaran. El aislamiento y la incertidumbre en general, hicieron que las personas se vieran inmersas en la constante preocupación por su salud y la de sus seres queridos, el temor a la muerte se volvió algo de todos los días, así como la inseguridad económica y la posibilidad de contagio, además, un 15% de la población perdió su trabajo y la idea de no poder solventar el costo de vida afecta a casi el 44% de los mexicanos en edad adulta, siendo estas cuestiones factores desencadenantes de la ansiedad actual.

Es por esto que el trabajo con la ansiedad como trastorno, junto con otros padecimientos, es cuestión de real importancia, ya que las personas se ven afectadas en todas sus áreas de vida, desde lo personal hasta lo laboral, llegando a incapacitarse y muchas veces no acuden en busca de tratamiento por falta de recursos o por vergüenza. Lo más importante es actuar de manera conjunta, trabajando de entrada con el tabú que existe y derribando estigmas al respecto. La ansiedad es tratable, con apoyo psicológico y en colaboración con psiquiatras y el uso de medicación de ser requerida. Pero lo más importante, no te autodiagnostiques, no te automediques.

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