Llevan el sol a plomo sobre sus cabezas, la incertidumbre sobre el destino de la persona que aman y la esperanza de hallarlos, aunque sea muertos.
Forman parte de uno de los colectivos que en Baja California y en México han surgido para hacer lo que por obligación debieron hacer las autoridades estatales y federales, rebasadas desde hace años por la delincuencia que convierte campos y zonas despobladas en cementerios clandestinos.
Pero los colectivos no descansan, para ellos cada día que pasa es una posibilidad menor de encontrar siquiera restos de su ser querido que a semanas, meses o años de haber desaparecido pudiera estar en cualquiera de los cerros o baldíos alrededor de las ciudades y comunidades rurales de Baja California.
Esta semana, el colectivo Jeral, es quien protagonizó una de estas búsquedas en Ensenada.
El miércoles y el jueves peinaron cerros y cañadas alrededor de la Colonia Popular 89 donde esperan encontrar dos cuerpos que de forma anónima les dijeron que estaban en la zona, una que durante dos días han revisado palmo a palmo sin suerte.
Por lo general el grupo llega a sumar hasta 45 personas, la mayoría mujeres que en sus propios carros o aportando para la gasolina de quienes tienen vehículo propio se acercan a los sitios donde les han dicho que pudiera haber un entierro clandestino.
Esta semana buscaban a José Alfredo Trinidad Martínez un hombre joven de 26 años de edad que despareció el 9 de abril del 2021, alrededor de las 18:00 horas.
Ese día José Alfredo fue solo a vender un carro, un Smart negro en el estacionamiento del mercado Aprecio de la Colonia Nuevo Reforma en Ensenada . No volvieron a saber de él.
El 11 de abril, dos días después de su desaparición encontraron el carro en la colonia El Aguajito, pero no hubo nada sobre su dueño, el 11 de mayo más de un mes después de su desaparición la Fiscalía emitió una pesquisa.
Sin embargo su familia ha mantenido la búsqueda especialmente luego de una llamada anónima que les daba datos sobre el sitio donde pudiera estar su cuerpo y que coincide con el sitio de donde salió la última llamada del celular de José Alfredo.
Aunque agotadas por caminatas de hasta 10 horas, aún en días como los de este verano donde el calor es abrumador, las buscadoras no descansan.
Llevan varillas, palas, azadones, rastrillos para poder escudriñar cada metro cuadrado en busca de un indicio, un detalle que les hable y les confirme que en ese lugar hay una persona enterrada.
El terreno no las detiene, caminan por arroyos, cerros, barrancos, entre la maleza y las piedras solo deteniéndose a ratos para comer o tomar el agua que ellas mismas llevan y que algunas veces les han donado.
Esta semana en su búsqueda encontraron debajo de unos arbustos lo que pensaron era el cuerpo de una mujer, vestida.
Al acercarse descubrieron que no era tal, era un medio cuerpo con forma femenina armado con ropa y almohadas.
El colectivo ha realizado búsquedas en varios puntos del estado; en San Quintín, San Vicente, Tijuana, Tecate y Rosarito donde hay algún dato de que pudiera existir una fosa o un cementerio clandestino.
De abril a la fecha este grupo ha localizado a cuatro personas sin vida, pero también han tenido destellos de esperanza al encontrar a 3 de los desaparecidos con vida.
Este sábado continuarán sus recorridos.