En lo que podría considerarse el hallazgo más importante para la arqueología en Baja California, autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y representantes de la empresa Energía Costa Azul (ECA) dieron a conocer el descubrimiento de 16 entierros humanos prehistóricos, dos cremaciones y dos entierros caninos pertenecientes a las culturas prehispánicas La Jolla y Yumana en costas de Ensenada Baja California.
El proyecto de Salvamento arqueológico iniciado en julio del 2020, fue realizado por arqueólogos del INAH, apoyados por ECA quien cubrió los costos de estas excavaciones y otros procesos, que iniciaron en julio de 2020 y se realizaron a lo largo de 14 meses.
En una conferencia de prensa conjunta realizada este jueves 30 de marzo en las instalaciones del INAH en Ensenada, se explicó las primeras investigaciones, apuntan a que los restos datan de entre 5 mil 500 a 1 mil 300 años (a la fecha actual), para convertirse en los más antiguos encontrados hasta ahora en la península de Baja California.
La conferencia de prensa, fue encabezada por el director del Centro INAH Baja California, Jaime Vélez Storey; el director de Administración y Servicios y la gerente de Cumplimiento Regulatorio de Energía Costa Azul (ECA LNG), Jorge Uribe Villalobos y Claudia Ruíz Reséndez, respectivamente.
En este se informó que el hallazgo dio inicio cuando ECA, presentó al INAH en abril del 2020, derivado de un convenio para labores de salvamento arqueológico, previo a la construcción de una planta de licuefacción de gas natural.
El convenio fue signado por el INAH y ECA, en el polígono de La Jovita - Costa Azul-Rancho San Nicolás, ubicada 30 kilómetros al norte de Ensenada.
Los arqueólogos responsables del salvamento, son Rubén García Lozano y Gengis Ovilla Rayo, detallaron que, en los trabajos en campo, desarrollados entre 2021 y 2022, se excavaron 24 campamentos de grupos de cazadores-recolectores-marisqueros.
Con antigüedades que alcanzan el periodo Arcaico Medio (5,500 a 1,300 años antes del presente) y la Prehistoria Tardía (1,300 años a.p., al siglo XVIII en la región), esos contextos domésticos y rituales fueron excavados y documentados por un equipo de 11 arqueólogos y 48 trabajadores.
En asociación con los numerosos restos de conchas marinas, producto del consumo humano, característicos de estos grupos nómadas y semi nómadas, se localizaron los 20 contextos mortuorios citados: 16 corresponden a inhumaciones humanas, dos a cremaciones humanas y un par más a entierros de cánidos.
Respecto a las inhumaciones humanas, los expertos precisaron que ocho guardaban una posición flexionada en decúbito ventral (bocabajo), la cual no se había documentado en el área noroccidental de Baja California; mientras que, de los ocho restantes, tres estaban flexionadas en decúbito lateral (de costado), dos semiflexionadas y tres indeterminadas.
Se ha indagado que 14 de los 16 esqueletos corresponden a adultos quienes, junto con los dos infantes, fueron sepultados cerca de las áreas domésticas, y que algunos fueron cubiertos con piedras.
Si bien no se ha identificado algún simbolismo sobre la posición en decúbito ventral, su registro enriquece el conocimiento de las prácticas funerarias conocidas para la cultura La Jolla, la cual se extendió desde la costa norte de Baja California hasta la costa sur de California, en un periodo que va de 8,000 a 1,300 años antes del presente.
Sobre las cremaciones, los arqueólogos señalaron que estas se reconocieron por la presencia abundante de carbón y la evidencia de exposición térmica en huesos, los cuales corresponden a dos individuos.
El par de contextos permite confirmar su liga con la tradición funeraria de la cultura yumana, introducida hace 1,300 años antes del presente en esta región de Baja California.
Además de los contextos óseos, en los diversos frentes de trabajo se registraron alrededor de 300 vestigios de hogueras, a manera de acumulaciones de rocas, cada uno de los cuales fue retirado y resguardado, previo registro tridimensional con dibujo y fotografía.
Próximos a los fogones se recuperaron herramientas y objetos de cultura material (cuchillos, raspadores, puntas de proyectil y ornamentos, entre otros), además de los citados restos arqueofaunísticos de conchas de abulón, mejillón, pequeños caracoles, placas de caparazones de erizo de mar, restos de peces y de mamíferos marinos y terrestres.
En la conferencia, que contó con la asistencia del jefe del Departamento de Trámites y Servicios Legales del INAH en la entidad, José Rivera Castro, se anunció que los análisis osteológicos a profundidad, los cuales darán luz sobre la edad, el género, las patologías y otros datos de los 16 esqueletos, se realizarán en el corto plazo.
Otras zonas del terreno con vestigios quedaron como reserva arqueológica porque se han detectado en ella un total de 123 campamentos prehispánicos en el lugar.
La riqueza arqueológica del lugar obedece a que el sitio pudo tener ocupaciones humanas a lo largo de miles de años por grupos nómadas y seminómadas. Por la riqueza de nutrientes que formaron parte de los primeros pobladores de esta región que incluye abulón, mejillón, peces, además de escurrimientos de agua dulce.