Todo hemos tenido un día malo, uno de esos días donde parece que uno se levantó con la pata izquierda y de pasada, se lo torció.
Y por alguna circunstancia que aun no comprendo, conforme avanza se tiende a complicar.
El mismo día que te cancelan un contrato, es cuando te avisan que debes más de lo que suponías a la tarjeta de crédito.
Si eres jefe el único trabajo que habías encargado con carácter de urgente, no lo hicieron o lo hicieron mal.
Si eres empleado ese día te regañan posiblemente por algo sin importancia porque el Jefe también le amaneció la pata chueca.
Ese día se cae internet, le entra un virus a tu computadora o de plano una taza de café, que nunca le habías acercado a tu máquina.
El mismo día que te peleas con tu pareja, es el que habías hecho planes de pasártela muy bien y por supuesto le habías hecho su comida o su postre favorito que ya no se comió.
El mismo día que ocupas tu carro realmente, es cuando amanece ponchado.
El mismo día que circulaste por cualquier cantidad de calles, tu carro escoge el sitio de mas circulación y a la peor hora para descomponerse, por supuesto con dos o tres automovilistas pegados al claxon que te ven feo.
El mismo día que ocupas el traje o vestido que se te ve muy bien, te das cuenta que subiste de peso y ya no te cierra, o si te cierra pero ¡se le acaba descompone el ziper o se le rompe el botón!.
Ese mismo día del año, es cuando un ratón se mete a tu cocina y hace tal ruido que aunque no quieras lo escuchas, se descompone la bomba del baño y se acaba el agua caliente.
Si el día no ha sido suficientemente malo, es posible que por la noche llueva y por supuesto descubras una gotera, en la sala o en tu recámara en una zona recién remodelada y alfombrada, ¡pa que amarre!
En un día muy malo es cuando te pasa de todo, es posible que te des un rodillazo por accidente contra un mueble, te peguen en el supermercado con otro carrito en el tobillo y te enchiles por accidente las manos y con ella te talles los ojos.
Que porque se todo eso, porque al menos una vez al año como todos los seres humanos tengo uno de esos días espantosos donde procuro irme a dormir temprano y por supuesto me da insomnio.
La ventaja de uno de esos días malos es que se componen, son a fin de cuentas como una gripa, pasajera.
Sin embargo ocurre también que cuando analizas el espantoso día con el que has lidiado terminas por atacarte de la risa, debido a la serie de coincidencias negativas donde a fin de cuentas, no fueron mas que pequeñeces acumuladas sin trascendencia, pero en bola ¡que bien friegan!
P.D.”Cualquier parecido con la realidad.... no es coincidencia”.