La creación de productos cosmecéuticos que no dañen la piel ni tengan impactos negativos en el organismo mediante el aprovechamiento de las micro y macro algas, son algunas contribuciones que se discutieron en el CICESE durante el "Curso de fotobiología de algas y aplicaciones cosmecéuticas".
También la posibilidad de permitir que la ciencia se involucre en el mundo de la belleza y el bienestar,
y realizar investigaciones para descubrir y generar oportunidades de negocio e impacto en las comunidades.
El taller teórico práctico se realizó del 22 al 25 de agosto, y fue impartido por dos especialistas españoles, quienes analizaron este otro tipo de contribuciones que tienen las algas, además de las bien conocidas, como la industria alimentaria, agricultura, acuícola y, por supuesto, como fuente de nutrientes en el mar.
El curso fue organizado por la doctora Pilar Sánchez Saavedra, investigadora del Departamento de Acuicultura, y es la segunda ocasión que se ofrece en el CICESE (la primera fue en 2018). Durante el evento inaugural, el director del centro, el Dr. David H. Covarrubias, destacó la colaboración académica de 28 años entre la Universidad de Málaga y este centro de investigación, además del intercambio de estudiantes y el compartir de saberes, como es el caso de la integración de comités de tesis y los convenios de investigación.
Las poderosas algas
En entrevista con los talleristas, el doctor Félix López Figueroa, investigador en la Universidad de Málaga, e Ingrid Palicia, técnico de investigación y desarrollo de la empresa Five Rabbits, Organic Beauty, destacaron las propiedades de las algas marinas y los beneficios que la cosmecéutica (híbrido entre cosmética y farmacéutica) puede tener no sólo en la piel, también en la sociedad, a través del desarrollo de pequeñas y medianas empresas en las comunidades.
Las algas tienen propiedades hidratantes, antiinflamatorias y antibacterianas, además de ser ricas en minerales y aminoácidos. Su uso en la cosmética se ha popularizado con el diseño de cremas anti envejecimiento, anti acné, limpiadores y tónicos faciales, cremas unificadoras y mascarillas. Una variedad de fórmulas que combinan especies de algas y otros ingredientes naturales, como las semillas de granada y de uva, o aceites naturales, como el de oliva, argán, almendras y muchos más.
Asimismo, las algas tienen compuestos bioactivos inmunomoduladores y antitumorales, resultando prometedoras para prevenir y tratar el cáncer. Además, las macroalgas tienen componentes eficaces contra los rayos ultravioleta (UV).
Investigadores de la Universidad de Málaga, incluido el Dr. Félix López Figueroa, han estudiado los aminoácidos tipo micosporina (MAAs) producidos por las algas y otros organismos marinos, y reconocen su actividad como fotoprotector y antioxidante. Hasta ahora, el máximo factor de protección solar (FPS) alcanzado es de 10, sólo con filtros naturales. Se espera que con la combinación de más compuestos, como plantas, aceites y filtros físicos, se alcance un FPS 50.
Oportunidad de negocio
El tallerista mencionó que Ensenada, por la riqueza de sus ecosistemas, es una ciudad con potencial para la economía azul, que se centra en el uso sostenible de los recursos del mar para generar capital sin causar daño al medio ambiente. La cosmecéutica es un ejemplo de economía azul, pero también pueden serlo la pesca sustentable, las energías renovables y el turismo costero.
En el caso de la cosmecéutica, hay potencial de desarrollo económico en las comunidades a través de los microempresarios. Un ejemplo son los pequeños comerciantes, mayoritariamente mujeres que desde las cocinas de sus casas empiezan a crear jabones y champús sólidos con ingredientes naturales -algas, incluso-, diseñan sus propias etiquetas y ofrecen sus productos en bazares, colectivos e internet.
Ingrid Palicia, de Five Rabbits, una de las empresas con las que la Universidad de Málaga tiene convenio para el diseño de productos cosméticos, aseguró que luego del primer taller impartido hace 15 años, se enteró que dos de las asistentes abrieron sus empresas de jabones. Para ella, eso significó que impartir estos talleres vale la pena, ya que tienen un impacto en la comunidad.
Félix López compartió que en Bahía de los Ángeles, por tener una población sensibilizada en la conservación, un turismo enfocado en lo ecológico, además de conocimiento en el manejo de recursos naturales, puede lograrse una vinculación con empresas locales que realicen productos a base de algas que se vendan allí, "que salgan con la marca de Bahía de los Ángeles, eso es algo que viene de abajo hacia arriba, de arriba hacia abajo", finalizó.