Pese a las sugerencias del Patronato del Centro Histórico de Ensenada para que se preservaran las huellas de la historia de la ciudad, estas han sido borradas sistemáticamente por el XXIV Ayuntamiento de Ensenada y las empresas que construyen las obras en las primeras calles que tuvo la ciudad.
El Arquitecto Julio Salinas López, Presidente del Patronato, recordó que desde el 2020 se solicitó la declaratoria del Centro Histórico al Consejo Estatal para el Patrimonio Histórico del Estado de Baja California con el fin de garantizar la preservación de la estructura urbana original, tal cual como se conoce hoy.
Este centro histórico incluye desde la avenida Ryerson, hasta la Miramar y de la Virgilio Uribe a la calle Séptima, para terminar en lo que era la entrada antigua a Ensenada frente al
monumento Hidalgo.
“Dentro de todo este polígono se encuentran elementos urbanos que son importantes para nuestra memoria colectiva, histórica y que nos da un sentido de identidad a los Ensenadenses, tales como la señalética horizontal en las guarniciones algunas de las cuales datan de 1925 a principios del siglo pasado.
Existen otras de 1954 e hidrantes que son de 1938 a la fecha, así como las huellas donde estaban los herrajes para que se amarraran los caballos en las esquinas, ya que en esa época, 1925, aún había esa mezcla de caballos y lo nuevo que era el automóvil.
Agregó que como ciudadanos y como patronato, se le sugirió al gobierno municipal que tuviera mucho cuidado de estos elementos, al momento de que se iniciaran las obras que se iban a desarrollar en el centro histórico.
“Se lo dijimos verbalmente, no hubo nada escrito, pero también igual se le comunicó a la empresa constructora, al donante y al ayuntamiento a través de sus diferentes direcciones. Entonces, sí es triste que no hagan caso a la sociedad y se destruyan las huellas de la historia rompiéndolas o cubriéndolas con cemento.
Aunque presuntamente, promueven la socialización de los proyectos, han hecho caso omiso a las sugerencias del Patronato como organismo. “Es una tristeza que estemos perdiendo nuestro patrimonio de esa manera, en manos del propio Ayuntamiento” apuntó.
La última destrucción es en la esquina de Ruiz y Juárez donde había huellas de los herrajes para amarrar a los caballos, una de las últimas de la principal avenida del centro histórico de la ciudad.