A Esteban le fallaron todos, siempre.
Cuando era un bebito de apenas un año de edad, los delitos cometidos por su madre, lo arrancaron de su lado.
Junto con sus otros hermanos fue a parar a un orfelinato a donde ingresó el 13 de agosto del 2019 y murió el 14 de julio del 2024, a un mes de cumplir cinco años internado.
Esteban, no conoció otro hogar, ni otra familia. Abuelos paternos o maternos y tíos les negaron protección y esta tuvo que dársela el Estado, en una casa hogar, la Ciudad de los Niños, al norte del Sauzal, sobre la carretera que lleva a Tecate.
Su mamá salió de la cárcel poco tiempo después y al recuperar la libertad decidió dejar todo atrás, todo, incluso a sus hijos. No volvió por ellos, y se marchó a otro estado, confió tras la muerte de Esteban la Fiscal del Estado María Elena Andrade Ramírez.
Esteban nunca conoció a su mamá siendo ya un niño.
Fue diagnosticado con TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad) una condición que requiere atención permanente de un adulto por la impulsividad de quien lo padece.
Sin embargo, el 14 de julio andaba sólo, en un área dentro del orfelinato en donde no debía estar, sin un adulto que lo protegiera, cuando al parecer cayó en una cisterna o fosa abierta donde murió ahogado. Tenía seis años de edad.
Unas horas después de su muerte los menores en la casa hogar fueron cambiados a otros orfanatorios y esta clausurada mientras se realizaba un cateo y revisaba el lugar.
En dos entrevistas con medios de comunicación a los días de estos hechos, la Fiscal General del Estado aseguró que la muerte de Esteban Pichilingas Valenzuela no quedaría impune.
Sin embargo, a un mes de su muerte no se ha informado los avances de la judicialización de este caso y la presunta responsabilidad del mismo por parte de los encargados del lugar.
A Esteban todos le fallaron, esperemos que ahora la FGE no le falle también.