Octavio López, director de Nación Verde, explicó que este innovador proyecto se encuentra ubicado en el Valle de Guadalupe y se distingue por su integración armoniosa con el entorno natural.

Utiliza vegetación nativa, lo que no solo realza, sino que también respeta la belleza del ecosistema local. Esta elección es crucial, ya que las plantas nativas de Baja California, como el algarrobo y el maguey, son adaptadas a las condiciones climáticas extremas de la región y desempeñan un papel vital en la conservación del suelo y la biodiversidad.

López destacó que REDD lideró los esfuerzos relacionados con la infraestructura verde, caracterizada por su mimetización con el paisaje regional.

Se implementaron techos y taludes verdes que imitan las formaciones naturales del terreno, promoviendo tanto un enfoque estético como ecológico. Esta estrategia busca una reflexión sobre los estándares de belleza en la arquitectura, mostrando cómo la naturaleza puede inspirar diseños sostenibles.

En lugar de optar por el desmonte tradicional, que a menudo causa erosión al eliminar la vegetación nativa, el proyecto fomenta un diseño que integra estas plantas dentro de su estética y funcionalidad.

Esta práctica no solo preserva el suelo, sino que también mejora la apariencia y utilidad del espacio2. Las plantas nativas como el guaje y el mezquite son ejemplos de especies que contribuyen a este objetivo, proporcionando hábitats para diversas especies locales y ayudando a mantener la salud del ecosistema.

Otro aspecto fundamental del proyecto es el uso de mulch, un material reciclado proveniente de árboles de Navidad y pallets desechados. Este recurso no solo prolonga la vida útil del suelo, sino que también actúa como aislante natural y reduce la necesidad de riego, lo que mejora significativamente la eficiencia del diseño.

Al recibir el Premio CEMEX 2024, López enfatizó que el uso de plantas nativas refuerza el mensaje de que la arquitectura moderna debe integrar y potenciar el entorno natural en un contexto de cambio climático. Este reconocimiento invita a reflexionar sobre cómo un diseño consciente puede crear espacios sostenibles que valoren nuestro patrimonio natural.

Finalmente, López subrayó que este proyecto representa un avance significativo hacia un futuro donde desarrollo y conservación ambiental coexisten. La arquitectura puede ser un motor para cambios positivos en el mundo natural, destacando así la relevancia de las plantas nativas en los esfuerzos por lograr un equilibrio entre construcción y naturaleza en Baja California.