Sin embargo este sábado era diferente, el APL Panamá entraría al puerto a las 8 de la mañana para atracarse y descargar los contenedores que le faltaban por lo cual decidí que bien valía la pena sacrificar el sueño.

Me puse de acuerdo con dos de mis mejores amigos, Gerardo y Roberto para estar en el lugar cuando el APL Panamá por fin hiciera lo que debió hacer el 25 de diciembre, en términos automtrices “estacionarse correctamente” y en marinos “atracarse como Dios Manda”.

A las 7:15 de la mañana salí de mi casa, llaves en mano para subirme a mi carro, una destartalada Cherokee que es casi tan fiel como mi perra Sheila y con sorpresa descubrí que mi carro no estaba, alguien en el transcurso de la noche se la había llevado.

El Plan de ir a ver el APL se frustró, entonces le llamé a Gerardo para decirle que no estaba mi carro y con su característica ternura me respondió, - no la habrás dejado en otro lugar, con eso de que no te fijas donde pones las cosas....

Mi marido en tanto me dijo solamente, se habían tardado.

Luego llamé al 066 donde un amable agente tomó los datos del vehículo para empezar a buscarlo y me dijo que fuera a Seguridad Pública, a la Procuraduría y a la PFP para ponerlos en alerta por cierto me pidieron las placas y con cara de circunstancia respondí... Placas, que placas.

Descubrí que no sabía que placas tiene mi carro, ¿usted si sabe?, luego recordé que la tarjeta de circulación debía estar en la guantera y entonces en el 066 me orientaron, tránsito del estado posiblemente se las pueda proporcionar.

Fui a tránsito del Estado y una chica de apellido Morán me proporcionó los datos que ocupaba y entonces decidí que tenía tiempo para seguir en el proceso del carro pero mientras yo quería ver al APL cuando entrara al Puerto.

Alcancé a mis compañeros en la Ventana al Mar donde me enteré que no se permite tomar fotografías ¿usted lo sabía? Yo no y me parece una gran estupidez, pero en fin... luego de tomar fotos sin pedir permiso, nos fuimos al Puerto donde hicimos la entrevista que ocupábamos y al terminar de ver como el APL por fin se atracaba, me fui a continuar con mi aventura.

En Seguridad Pública primero me hicieron que en tránsito me confirmaran si mi cherokee no se la había llevado la grúa y luego de unos minutos corroboraron que en efecto no la habían jalado.

Luego en otro lugar dentro de la misma corporación, me tomaron datos y me dieron un papelito para que fuera a presentar la denuncia ante la Procuraduría de Justicia Estatal primero en la Novena e Insurgentes y luego en la Coral donde me tomaron la declaración.

A las 11: 00 de la mañana, ya estaba libre, llegue a mi casa y mi bebé me dijo, Mamá tu Cherokee está por allá a media cuadra.

En efecto, con el Drive puesto la intente encender y se dio un jalón pero luego de frenarla y apagarla de nuevo, arrancó como si nada.

Quien se la robó, quien sabe, porque no se la llevó a otro lugar quien sabe, lo cierto es que descubrí algunos pequeños detalles, el más importante es que no se las placas de mi auto, no tengo a la mano papeles y algunos importantes están en la guantera y según me dicen los policías, los desordenados, en este caso, somos mayoría.