Noviembre: Asaltante a los 12 años
La historia de Geovani (exclusiva)
El 7 de noviembre publicamos en Ensenada.net la historia de Geovani un niño de 12 años que apenas unos días antes el 28 de octubre presuntamente había asaltado una tienda de abarrotes.
Al investigar un poco mas sobre la historia del pequeño descubrimos una triste historia infantil que actualmente es atendida por las autoridades desde otros ángulos.
Este fue la noticia que le llevamos.
Con apenas 12 años de edad, Geovani ha vivido ya problemas y situaciones que muchos adultos no han enfrentado ni enfrentarán en toda su vida.
Geovani es el niño que presuntamente realizó hace unos días un asalto navaja en mano en un mercado de la Colonia Hidalgo y cuya historia es similar a la de otros menores que proceden de hogares desintegrados.
Geovani ha sido a lo largo de su corta vida, víctima constante del maltrato, no solo en el seno familar, sino en su entorno general, donde a raíz del asalto, será turnado con un psiquiatra para que determine su condición mental.
Este niño con apenas 12 años de edad, ha estado ya dentro de cartelones de búsqueda, al haberse escapado de su casa en al menos dos ocasiones. Sus expedientes están conformados por cientos de hojas, tiene que ver con averiguaciones en la Procuraduría de Justicia del Estado, la Procuraduría de Defensa del Menor, el Sistema Educativo Estatal y la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Ensenada.
La historia de Geovani
Hijo de un hombre sumamente violento que ha estado en la cárcel por robo, desde muy pequeño enfrentó a un papá, que a la menor provocación golpeaba a su mamá y en su intento por defenderla, mas de alguna vez fue el quien recibió los golpes.
Con problemas de aprendizaje y trastorno de déficit de atención que le fue detectado desde muy corta edad por sus maestros, Geovani jamás ha sido un niño bien portado.
No es el alumno que un maestro quisiera tener en su salón de clases, sino al que por lo general etiquetan como conflictivo, dada la gran cantidad de problemas, tanto de conducta en el trato con sus compañeros, como en el aprendizaje.
Sus boletas dentro del expediente no superan el seis en ninguna materia, pero por razones inexplicables concluyó sexto año de primaria, aunque su madre refiere que no lee muy bien y casi no sabe escribir.
Tras salir de la primaria Geovani ya no quiso seguir en la escuela, su última experiencia fue tan dolorosa, como para decidir escapar del plantel y de su casa para marcharse a Tijuana en mayo del 2011.
Geovani se robó en el salón un juguete de un compañero y al darse cuenta la madre de lo que había hecho, lo obligó a regresarlo y a pedir disculpas, lo que el menor hizo.
El niño al que le robó el juguete y sus compañeros lejos de aceptar la disculpa, al salir del salón lo agredieron y le gritaron ratero, Geovani saltó la barda y escapó. Estuvo desde mayo hasta septiembre en un albergue en Tijuana a donde logró huir.
El niño del albergue.
La primera ocasión que Geovani se fue de su casa fue en el 2008, apenas acababa de cumplir 8 años pero ya estaba harto del maltrato, lo encontraron vagando y fue turnado a un albergue temporal.
Su mamá explica que lo había regañado por no querer hacer la tarea y a los ocho años, el niño se fue de la casa, pero la policía lo encontró, no tenía rastros físicos de maltrato pero era muy agresivo.
El menor fue turnado “por vagancia” pero al revisar los trabajadores sociales su historia decidieron no entregarlo así nomás, y por espacio de seis meses su papá, entonces libre fue a escuela para padres y siguió una serie de cursos para recuperar al menor, entre estos con “neuróticos anónimos”.
En este mismo lapso a Geovani le hicieron los primeros estudios, el psicólgo confirmó que tenía déficit de atención y a principios del 2009 se entregó de nuevo a sus padres.
Sin embargo debería estar dentro del programa USAER Unidad de Servicio de Apoyo a la Educación Regular que da atención a menores con características especiales.
En el 2009 todo parecía que iba bien hasta que tras un problema familiar, Geovani fue retirado de su casa. Apenas tenía 9 años de edad y en una revisión de rutina los trabajadores sociales encontraron que era maltratado, esta vez por su mamá.
Se reanudaron los trabajos con la familia y en octubre del 2009 se escapó, para irse a vivir a Tijuana donde fue detectado en un albergue para niños de la calle.
Mientras tanto sus padres se habían separado, “por otra mujer dice la mamá”.
El padre de Geovani pese a todos los cursos y actividades seguía dando problemas que concluyeron con su encarcelamiento por robo de cables en el 2010. El niño no lo quiere.
A Geovani mientras tanto lo tuvieron en un albergue hasta septiembre de ese año (2010) en que fue devuelto a su mamá con la que permaneció hasta mayo del 2011.
Entonces había regresado a la escuela, todo indicaba que estaba bien y un día el niño llegó con un juguete que le había robado a un compañerito.
Su madre se molestó y lo obligó a regresar el juguete el día siguiente. El 26 de mayo del 2011 Geovani tras entregar el juguete, recibió como respuesta una nueva agresión, esta vez ya no de su casa sino de sus compañeros que le llamaron ratero.
Fue sencillo, se saltó la barda de la escuela primaria y se escapó otra vez.
El mismo día su mamá puso una orden de localización y un día después el 27 de mayo, los policías encontraron a Geovani vagando.
Les dijo a los policías que era un niño de Tijuana, pero ellos lo reconocieron por la orden de localización y de nuevo lo entregaron a su mamá.
En el verano Geovani terminó la primaria y cuando empezaron las inscripciones de secundaria amenazó que si lo intentaban regresar a la escuela se escaparía de su casa y su mamá cedió.
A lo largo de estos meses Geovani siguió dando problemas en su casa, vagancia principalmente y la negativa constante a realizar actividades salvo ver la televisión.
Su mamá que por ahora no trabaja para tratar de atender a su hijo, vive en condiciones precarias, al igual que su exesposo recién salido de la cárcel. Lo que logra conseguir es solamente para comida, no le compra dulces a Geovani, porque no le alcanza.
El 29 de octubre una de sus vecinas le llamó para decirle que una patrulla se acababa de llevar a Geovani de una de las tiendas cercanas y al averiguar que había ocurrido, se enteró que su niño había cometido un asalto.
El menor le fue entregado esa misma noche casi de inmediato, porque por su edad, 12 años no es imputable y el proceso que se le sigue lo deberá llevar bajo la tutela de su mamá, porque su papá ya no esta con ellos.
Uno de los requisitos que ahora tiene que cumplir Geovani es un costoso estudio médico y atención psiquiátrica, ya que se sospecha que además del déficit de atención padece otro problema neurológico no definido aun.
De acuerdo al Titular de la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común especializado en adolescentes Juan Antonio Olivares Padilla el caso de este niño no es raro.
Ocho de cada diez asuntos donde los menores cometen algún delito la ausencia de una figura paterna es el común denominador.
En el caso de Geovani además existe un historial de abusos por parte de esa figura paterna.
Sin bien en Ensenada los casos de menores delincuentes no se puede tachar de alarmante si son conductas que requieren atención por parte de las mismas familias y la autoriad preventiva.
Cuando un niño o un adolescente como el caso de Geovani llega a esta agencia especializada es porque ya tuvo una conducta que puede ser considerada grave como es robo con violencia, a casa habitación a lugar cerrado y lesiones principalmente en escuelas o fuera de ellas.
Por ahora la misión del ministerio público es determinar si Geovani realmente robó una bolsa de dulces de distintas marcas y luego amenazó a un dependiente con una navaja.
Para refexionar.
El Agente precisó que la ausencia de un padre en casa, es un factor que influye en conducta que adoptan los menores, especialmente cuando la madre tampoco está porque debe de hacerse responsable del sustento.
Al no estar los padres, los hermanos mayores se encargan de los chicos y al no haber vigilancia, no hay disciplina, se pierden valores y cada vez para la madre es mas difícil tomar el control.
Cuando empiezan a delinquir lo hacen muchas veces por necesidad, por ignorancia, luego adrenalina, mala influencia de amigos, por la necesidad de ser aceptados en el grupo y demostrar que son capaces de hacer. Pero es la disfunción familiar y el resquebrajamiento de familia sin modelo maternal en casa tampoco por el trabajo.
Son adolescentes probando libertad porque no hay reglas, donde la madre no tiene control y pese al coraje y la buena intensión no pude retomar el control de su hijo y al padre no le importa.
Hay casos incluso, donde la madre pide opinión al adolescente sobre su condición o él adolescente regaña a la mamá porque no llegó a tiempo o por cualquier cosa y la madre se subordina a ese control.
Pero es una problemática compleja con muchas variables en cada caso.
En el de Geovani ya no es un asunto preventivo, porque hubo un delito del que la Procuraduría esta enterado, se sujetará a proceso sin estar internado porque la ley así lo establece.
El juez de adolescentes puede procesar de 12 en adelante y menores de 14 pero es de los 14 a los 18 cuando se entregan al Juez en el centro de diagnóstico. (antes Consejo Tutelar para Menores)
Geovani deberá ser turnado con un psiquiatra en este mes, para que le realice nuevos estudios y lo evalúe. Independientemente de todo, se debe saber si el menor sabe que lo que ha hecho, esta mal.
Si esta conciente de la conducta, independientemente del padecimiento, si el siquiatra refiere que no esta conciente de sus actos porque hay distintos grados de conciencia.