Historia del Museo
¿Recuerdas el arca de madera?
Rondaba el año de 1998. Ensenada iniciaba un nuevo trienio
de gobierno municipal y los centros de investigación locales encontraban nuevas
formas de crecer. Durante aquel año, una pareja de académicos se atrevió a dar
el paso decisivo e inició un proyecto que puso a la ciencia al alcance de la
sociedad ensenadense.
La profesora de primaria Estela Parrilla y el maestro en
astronomía Manuel Álvarez no descansaron hasta encontrar los medios para crear
un espacio en donde se mostrará de una manera lúdica la ciencia, la tecnología
y el cuidado del medio ambiente. Llevaban varios años con este planteamiento y
fue hasta aquel año en que crearon la asociación civil sobre la cual se
fundaría el museo. El municipio de Ensenada les facilitó un recurso con el que
rentaron aquella casa sobre la calle Álvaro Obregón, cerca del cerro del keki.
Junto con esta pareja, todo un grupo de investigadores compartían la aspiración
de un espacio de ese tipo. Y es que, si Ensenada era una ciudad de científica,
resultaba lógico que tuviera un museo de ciencias.
Con el apoyo del químico Jesús del Palacio no sólo
obtuvieron el recurso para la renta sino también se les donó la característica
arca de madera que se encontraba en los patios del museo. La historia de
aquella estructura, nos cuenta Maria Antonia, directora actual del museo, versa
un poco así. En aquel entonces, le habían donado al municipio unas barcazas que
les permitirían transportar alimentos y material a Isla de Cedros. No todas se
encontraban en buenas condiciones, por lo que desmantelaron una para poder
mejorar las condiciones de las otras. Una de estas barcazas desmanteladas
mantuvo su forma pero ya no servía para estar en altamar. Fue esta la que se
donó a Caracol y sobre ella se construyó uno de los recorridos museográficos.
Actualmente el arca no se encuentra disponible, entre otras
cosas, por lo difícil de su transportación y cuidado.
Habrá que recordar que el museo sólo estuvo abierto tres
años, de 1998 al 2001. Después, con el cambio administrativo, se perdió el recurso
para continuar la renta del edificio. Sin embargo, el equipo que le dio origen
al museo continuó buscando apoyos. Uno de ellos surgió del Gobierno del Estado,
quien les otorgó un fondo semilla con el que pudieron iniciar el proyecto de
construcción del museo que conocemos ahora. Se puso a concurso el diseño y fue
una empresa de ciudad de México, Museo Tec, quien ganó. La arquitectura del
museo está inspirada en un barco, lo que
no puede dejar de verse como un guiño a aquella primera arca del conocimiento.