En 1898 la publicidad impresa en periódicos y algunas revistas pasó de ser un medio para incrementar las ventas a un instrumento social que mostraba los últimos inventos para la cura de infinidad de enfermedades.

Pero no solo eso, a manera de usos y costumbres, hubo muchos que conservaban los impresos que anunciaban estas maravillas y la gente los coleccionaba.

Los anuncios del dentífrico Sozdonte utilizando el nombre de una actriz de fama Sahara Bernhardt ya ofrecía, lo que en la actualidad siguen prometiendo las pastas dentales; endurecimiento de encías, aliento fresco y duradero, de un producto americano fabricado en New York.

También el Líquido para la conservación del cabello (Shampo), que previene y quita la caspa conserva el color estimula el crecimiento del mismo, Con “el Vigor del cabello del Dr. Ayer”. Era de fabricación americana e importada a México.

No es nuevo en México la dependencia de los productos fabricados en Estados Unidos y además el uso del inglés en la publicidad de los productos como el Pain Killer de Perry Davis, para calambres, cólicos, cólera, tos resfriados disentería reumatismo malaria etc., picaduras de alacranes y animales ponzoñosos.

Se iniciaron entonces los anuncios de los Bancos como el Internacional e Hipotecario de México con todos los servicios de la época: giros por cables depósitos, descuentos de letras de cambio con un capital suscrito de $ 5, 000,000.00.

En estos impresos empezaron a aparecer las primeras tiras cómicas, lo que significaban un deleite de toda la familia.

Compartían espacios en las mismas planas con medicina para el combate enfermedades venéreas como la Sífilis que en esta época se empezó a incrementar en la ciudad de México y en el país, y era fabricado en Estados Unidos Cook Remedy Co. De Chicago.

Las curas maravillosas que ofrecía el Dr. Garay para aliviar la estrechez uretral, cura del recto, esófago, útero, empleando la electrolisis y en un minuto lograba la cura sin cloroformo.

Estos anuncios servían como guía médica para toda la familia y en las casas las conservaban como hojas de consulta.

El recuento de la publicidad de entonces, nos muestra con evidencias de la época, la dependencia del comercio con los Estados Unidos y como la publicidad de iguales productos, eran entonces para los mismos usos de hoy.

Eso si, con diferentes nombres y diferentes formas y medios, pero cubriendo las mismas necesidades que hace más de 100 años.