En La Ensenada de Todos Santos al finalizar el siglo XIX se había suscitado en diversas etapas la colonización de lo que es hoy el primer cuadro de la ciudad. Nuevas familias provenientes de los 5 rincones del mundo fueron atraídos por este nuevo centro poblacional. Rápidamente los terrenos en venta por la Cía. Internacional fueron adquiridos. Muchos de los nuevos propietarios no se instalaron inmediatamente. Algunos decidieron obtener los terrenos con fines especulativos. Algunos otros se vieron afectados por circunstancias ajenas y no lograron realizar sus planes de construcción en dichos predios.
El Lic. Don Francisco P. Ramírez tenía mucha confianza en que la población crecería y los valores inmobiliarios indudablemente subirían también.
Por fuentes dignas de confianza el mencionado Lic. Ramírez tuvo información al respecto de que el lote número 8 de la manzana 74 (Av. Ruiz y Calle 9) era mostrenco en virtud de que el propietario original había desparecido hacía ya varios años. Las dimensiones del terreno eran las de los demás lotes es decir de 25 metros de frente por la avenida Ruiz y 50 metros de fondo por la calle novena.
En el 26 de marzo de 1907 se le dio entrada a la petición del Lic. Ramírez sobre la adquisición del terreno citado ya que carecía de propietario. Declarándosele “Denunciante”
Para el 26 de abril de ese mismo año se determinó en efecto que el lote era mostrenco y que se evaluaba en la cantidad de $100.00 pesos.
Como procedimiento en seguida el Lic. Ramírez fue instruido que se debería dirigir a ciertas dependencias de gobierno con el fin de que esta declararan si tenían o no algún interés en el inmueble en cuestión.
Dichas dependencias eran: Secretarias de: Relaciones, Gobernación, Guerra y Marina, Justicia, Instrucción Pública y Bellas Artes; Fomento, Colonización e Industria; Comunicaciones Publicas.
Una a una, las dependencias del Gobierno Federal respondieron que no tenían uso alguno del terreno en referencia, recibiéndose la última el día 20 de junio de 1907.
Por disposición del Presidente de la Republica y en virtud de que no hay oposición se dictó resolución para que el terreno se rematar públicamente con un precio inicial de $100 pesos. El 19 de agosto de ese mismo 1907 se celebró el remate obteniendo, finalmente un precio de venta de $210.00 a favor del Sr. T. T. Mc.Carthy.
El Sr. Ramírez, por su calidad de denunciante tenía y tuvo derecho a un 25% de la suma de venta.
El 4 de septiembre de 1907 el Sr. Presidente de la Republica declaro propietario legítimo al Sr. Mc.Carthy.
Era un sistema lleno de burocracia pero eficiente. Hoy en día el proceso es inmensamente más complicado y al final de cuentas se asemeja a un acto de magia. Y como dijo el sabio, “Nadie supo, nadie sabe”
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