Erick Osvaldo tenía una lista reciente de propósitos para el 2023, viajar a Europa antes de su cumpleaños, lograr mejorar su sueldo y ahorrar para una casa, pero sus sueños fueron ahogados por el mar la madrugada del 15 de febrero en una tragedia marítima plagado de dudas, abusos, codicia y mentiras.
Entre las 3 y las 4 de la madrugada, no les han dado datos precisos a las familias
las inmediaciones de Salsipuedes al norte de Ensenada. Nueve de los marinos fueron rescatados, sin embargo, tres de ellos quedaron atrapados en la nave.
El reporte de la Armada de México indicaba que los rescató el barco Dylan García de la misma empresa Baja Aqua Farms y pese a la gravedad del hecho, el reporte a la Armada de México se dio hasta las 6:00 horas de la mañana.
El buque “Explorador”, navegaba al hundirse bajo condiciones meteorológicas adversas a 15 millas (27 kilómetros) al norte del puerto de Ensenada y aproximadamente a una milla de Punta Salsipuedes.
Erick Osvaldo tenía 25 años, poco más de dos de graduarse de Técnico Superior Universitario de procesos Alimentarios por la UTT y 1 año 8 meses trabajando en Baja Aqua Farms, la empresa pesquera que acumula varias muertes y accidentes ligado a sus operaciones en Ensenada mientras engorda atún aleta azul.
La madre de Osvaldo, Martha Iris Osorio Villegas habla con orgullo de su hijo, un buen muchacho por el cual, apenas ha podido llorar, aunque cada vez que lo menciona en entrevista se le quiebra la voz y traga saliva aguantando.
Martha esta enojada, y con razón. Desde el primer día, junto con los familiares de las otras dos víctimas del naufragio del buque de apoyo Explorador, han sido avasallados una y otra vez por la empresa que primero negó información y sin compasión, mantuvo el día del hundimiento a las familias fuera de la empresa mientras ellos alegaban una “junta” sin dar explicaciones a los desesperados familiares.
Su mamá recuerda que lo llevó al trabajo pocas horas antes del hundimiento, el 14 de febrero, se despidieron sin saber que era la última vez que estarían juntos.
Osvaldo, siempre les decía a sus papás, que alguna vez tendría suficiente para recompensar lo que habían hecho por sus hijos y como parte de la responsabilidad con ellos, le entregó una tarjeta a su mamá en la que le depositaban 500 pesos, era un acto simbólico, pero valioso para ella.
-No he llorado confiesa, cuando murió mi hijo me dijeron en la empresa que mi hijo era maravilloso… y si lo era, pero ellos son unos mentirosos.
El día del hundimiento, cuando la información corría como pólvora entre los pescadores de Ensenada y el Sauzal, la empresa intentó ocultarles información, recuerda la mamá de Osvaldo.
Su esposo Mauro, se enteró primero, es un buzo especialista y ese día, su jefe había cancelado la salida porque había mal tiempo, lo mismo que reportó la Armada.
Fue precisamente su jefe quien le llamó para decirle que en Baja Aqua Farms había ocurrido un accidente y pese a la hora, aún no habían buscado a las familias.
Temerosos de que su hijo estuviera en peligro, llamaron a la empresa, una y otra vez, pero el teléfono permanecía sin respuesta. Finalmente el encargado de Recursos Humanos, al que identifica como Yahir, llamó y les dijo que había pasado algo y que estaban buscando a su hijo.
Fueron al Sauzal a la empresa en busca de respuestas y no los dejaron entrar porque les indicaron que estaban en junta. Así tuvieron a las familias hasta las tres de la tarde, cuando salió el responsable de Recursos Humanos “para informarnos que estaban haciendo lo posible por localizar a mi hijo”.
A Martha se le llenan los ojos de lágrimas al recordar y con voz entrecortada recuerda: “Mi esposo se quebró entonces y me dijo que él iría a buscarlo, pero me advirtió que difícilmente estaría vivo a causa del agua fría” Acota: “Sabía de los que hablaba, es buzo”.
La empresa mientras tanto siempre se ha contradicho, que estaba bien el tiempo, que no estaba cerrado el puerto; una mentira tras otra.
Al ver la falta de respuesta de la empresa con las familias rentaron lanchas el mismo 15 de febrero y salieron a buscar, pero no hallaron nada. El 16 de febrero por la mañana los llamaron a una junta en la que participó Capitanía de Puerto de Ensenada, El Sauzal, con Armada de México y directivos de la empresa donde les dijeron que estaban haciendo todo lo posible
Ese mismo día, les advirtieron que evitaran hablar con los reporteros para no entorpecer el proceso “Ese fue nuestro peor error, hacerles caso y no buscar a la prensa”.
Ese mismo día le llamaron por teléfono, respondió su hija y puso el altavoz -puede precisar el sitio exacto donde se estacionó en el Bulevar Costero, por el dolor que le causó lo que le dijo la última persona que vio a su hijo- “La empresa les está mintiendo, los tres que faltan se fueron en el barco, no los busquen arriba, están dentro del barco”.
Ella les dijo a la Marina este dato y no la escucharon, seguían buscando arriba.
Han logrado con diversos testimonios obtenidos a lo largo de los meses conocer que ocurrió esa madrugada.
Explica “La puerta era de metal, a la hora que se hundió el barco la puerta se selló con ellos dentro”.
El maquinista Juan José Celaya Villarreal de 60 años estaba en el cuarto de máquinas, en el fondo del barco intentando achicar el agua que había entrado, el timón se había descompuesto desde hacía varias horas. Brandon Alonso Sotelo Vázquez un joven tripulante de 20 años fue enviado a llamar al maquinista y su hijo Osvaldo Erik Cruz Osorio de 25 años de edad se encontraba en la zona de la cocina a punto de salir, cuando la embarcación se hundió con ellos atrapados dentro.
En el momento del hundimiento estaba cerca el barco Dylan García de la misma empresa que fue llamado cuando empezaron a tener problemas de navegación y pese al riesgo y las horas que tenían de crisis, no llamaron a la Armada de México que con lanchas rápidas hubiera podido apoyar.
Hay un pescador que por segundos se salvó al saltar. Pero la empresa, -dice la mamá de Osvaldo-, ha negado estos testimonios.
La Armada de México realizó la búsqueda en la zona más de 72 horas. Sólo hallaron algunos rastros mínimos de aceite que flotó al mar, algunos objetos y ya.
Aunque se sostuvo una reunión con autoridades de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, IMSS, Armada de México y abogados de las familias asignados por la empresa se determinó el 8 de mayo del 2023 para empezar a cubrir salarios y otros beneficios laborales de los tres trabajadores ahogados.
Los han traído en este lapso dando vueltas.
Les prometieron que contratarían un equipo especial para buscar los cuerpos que se presume están a una profundidad que se presume supera fácilmente los 100 metros.
Solamente se los prometieron y hasta el momento no ha pasado nada. El 1 de junio se manifestaron durante el Día de la Marina.
A cuatro meses de distancia, no hay avance alguno con la empresa que les dijo a los familiares que tendrán que esperar dos años para que “legalmente’ los tres marineros que se hundieron con el Explorador, sean considerados no solamente desaparecidos sino muertos.
Se han escudado en Ley Federal de Declaración Especial de Ausencia para Personas Desaparecidas en donde los tres tripulantes “se encuentran en situación de permiso sin goce de sueldo”.
Se han realizado trámites ante la Fiscalía General del Estado que requerirá la cooperación de la empresa.
Se ha buscado el apoyo de la Gobernadora del Estado Marina del Pilar Ávila Olmeda y ahora apelarán al Presidente de la República y de ser necesario buscarán otras instancias nacionales e internacionales para lograr justicia.