Aunque Ensenada se localiza en la única región en México con clima mediterráneo y ciclo de lluvias invernal, las precipitaciones de verano no son atípicas. Dos fenómenos meteorológicos las provocan: el monzón de Norteamérica y los ciclones tropicales, y ambos se presentaron aquí entre el 14 y el 20 de agosto.
El lunes 14 hubo un reporte de cierre en la carretera que va de este puerto a San Felipe, a la altura del kilómetro 55, en San Matías (ejido Héroes de la Independencia), a consecuencia de una bajada de agua provocada por fuertes lluvias, las cuales en Ensenada no se presentaron.
Según explicó el Dr. José Luis Rodríguez Solís, investigador posdoctorante del Departamento de Oceanografía Física del CICESE, se trata de precipitaciones intensas, tipo chubascos, que generalmente ocurren por las tardes acompañadas de tormentas eléctricas, y son provocadas por la presencia del monzón de Norteamérica.
Este fenómeno, agregó, es característico en el norte de Sinaloa, Sonora, Durango y Chihuahua (por eso algunos lo llaman monzón mexicano), y de estados como Arizona y Nuevo México, al suroeste de Estados Unidos. Es un fenómeno complejo por la influencia de aire caliente marino que proviene del océano Pacífico, del Golfo de California y del Golfo de México. En ocasiones el monzón se puede extender al oeste y abarcar California y el norte de Baja California.
Se presenta cada año, de finales de junio o inicios de julio hasta agosto, aunque puede extenderse a septiembre. La humedad que viene con el aire caliente converge en toda esta región de zonas desérticas. Se puede presentar en planicies (Arizona y Nuevo México), pero la sierra Madre Occidental en la parte continental mexicana o las sierras al norte de Baja California forman una barrera y hacen que este aire caliente ascienda. Así, el tipo de nubosidad asociado al monzón son estas cumulunimbus de gran desarrollo vertical; unas verdaderas torres gigantes que, en Ensenada, se alcanzan a ver en el horizonte, rumbo al noreste, hacia la sierra de Juárez.
En opinión del Dr. José Luis Rodríguez, un factor adicional que favoreció la precipitación ese día ocurrió en el océano Pacífico y lo provocó la tormenta tropical Fernanda -previa a Hilary-. Si bien se estaba alejando del continente, su comportamiento "levantó" vapor de agua (humedad) que alcanzó niveles altos de la atmósfera, sobre el mar. A 5 km de altura los vientos transportaron toda esta humedad a la zona donde convergen California, Baja California, Arizona y Sonora, con formación de nubes justo en la porción serrana de nuestro estado.
Que los remanentes de un ciclón tropical alcancen estas latitudes tampoco es algo atípico. De acuerdo con información proporcionada por el Dr. Luis M. Farfán Molina, investigador del CICESE en La Paz, Baja California Sur, en la segunda mitad del siglo pasado (entre 1950 y 1997), ocho ciclones tropicales tocaron tierra o pasaron dentro de un radio de 200 kilómetros alrededor de Ensenada.
Los dos primeros (en 1951 y 1959) no tienen nombre porque antes de 1963 los ciclones no seguían la secuencia de nombres que hay ahora. Les siguieron Jen-Kath, en 1963; Emily en 1965; Hyacinth en 1972; Kathleen en 1976; Doreen en agosto de 1977 y Nora en septiembre de 1997.
Ya en este siglo, Rosa se presentó en 2018, Key en 2022, y Hilary en este año, sumando así 11 en total los eventos que se han acercado a Ensenada.
Hilary provocó un tercio de toda la precipitación que cae en promedio en Ensenada al año en un solo día (80.7 mm, según la estación Casa Palaú, de la Ambient Weather Network, en el centro de Ensenada), y acaparó la atención mundial porque tocó tierra al sur de California, algo que no se veía en San Diego desde 1939 (no confundir: tocar tierra no es igual que pasar cerca de un punto geográfico en particular).
De las imágenes satelitales que analizó el Dr. Farfán durante el paso de Hilary, destaca un sistema circular y una banda convectiva que se pudo apreciar en el Golfo de California, entre Loreto y Santa Rosalía, que provocó lluvias muy intensas.
Las estaciones meteorológicas con acumulaciones más altas fueron las de Santa Rosalía y alrededores, en el municipio de Mulegé, B.C.S. Registraron entre 243.3 y 326 mm, según datos preliminares del Servicio Meteorológico Nacional. Esto es casi el doble del promedio anual para este municipio, que es de 160 mm (aquí las precipitaciones ocurren entre agosto y octubre, en plena temporada de huracanes).