Uno tiene la pintura y acabados de un Ferrari  y al igual que este mítico auto deportivo de lujo, líneas perfectas y colores a elegir entre negro y rojo.

Otro es muy pequeño y  biodegradable;  al ser lanzada al mar es adoptada por el entorno sin dañarlo.

Ambas piezas son los más novedoso en uno de los pocos negocios con clientela cautiva porque mas tarde o mas temprano, requerirán de sus servicios.

La primera pieza con acabados de Ferrari es un bello ataúd, que de no tener una relación directa con la muerte bien pudiera formar parte de una decoración muy moderna.

La segunda, es una urna para contener las cenizas de un ser querido, una innovación en el mundo funerario porque su finalidad es cuidar el ambiente, ya que se desintegra al contacto con el agua de mar.

Los dos están en una sala especial de la Funeraria Jardín, donde el recorrido entre féretros, cuando no se tiene que escoger alguno para un ser querido, genera una sensación extraña, especialmente porque existe la certeza de que mas tarde que temprano, seremos los ocupantes de alguno.

Pero también forma una idea de la importancia de los ritos que existen alrededor de la muerte en nuestra sociedad.

Beatriz Adriana Barraza Alavez es la Gerente de la Funeraria Jardín en Ensenada, una mujer joven que conoce este negocio, donde tanto los dolientes como el ser querido por el que llegan hasta ahí, son importantes.