Las imponentes olas que chocan contra el suelo rocoso, se alzan a una impresionante altura y entonces se hace más vivo el espectáculo natural.

Esto es La Lobera, un bello escenario que cuenta con una playa en la que docenas de focas arriban para descansar y para parir a sus a crías.

Se dice que fue formada a causa de los constantes golpes de las olas, que erosionando la tierra, hicieron aparecer un hueco que dio pie a la playa donde pueden observarse estos mamíferos.

La Lobera fue nombrada así porque anteriormente comenzaron a llegar cientos de lobos marinos, sin embargo, últimamente su avistamiento ha disminuido, mientras que las focas han tomado su lugar.