Chamanes
Sintonía con el cosmos
Los chamanes figuran desde la época prehispánica. En
América siempre se ha sabido que los espíritus existen; sin embargo, no todos
pueden verlos, escucharlos o sentirlos. Solo una pequeña parte de la
humanidad desarrolla la capacidad de hacerlo, como los chamanes.
Desde antes de que los españoles invadieran lo que ahora
es México, hasta hoy, los chamanes eran personas muy valiosas y
reconocidas por su comunidad debido a su capacidad de curar a las
personas, influir sobre el tiempo y predecir el futuro.
Su función es ayudar al prójimo por medio de sus
conocimientos sobre la vida y sus métodos de curación, en los que muchas veces,
se invoca a los espíritus con el fin de recibir su ayuda y cumplir su cometido,
dentro de un ritual en el que se queman hierbas
Los chamanes le dan solución a enfermedades como la
tristeza, el susto, el empacho, entre muchas otras; sus métodos son muy
particulares. Por ejemplo, para aliviar la tristeza, algunos chamanes optan por
solicitar al enfermo ir a cortar flores para después dejarlas ir en un río. Y
así, cada flor que se lleva la corriente del río es una pedacito de tristeza
que se va. Sin embargo, para otro tipo de males, se auxilian de otras
herramientas que brinda la naturaleza, como el uso de plantas
medicinales como la sábila, el romero y la ruda.
Una profesora universitaria con grado de doctor y
chamana de la localidad, cuenta que las formas de curación han tenido
transformaciones a través del tiempo. Sin embargo, la base de esta tradición
permanece. Es un trato consigo mismo en el que se entiende que “Él, a quien
tengo enfrente, es como yo”. Por esa razón, la función del chamán es ayudar,
guiar, curar; sin pedir nada a cambio.
Otra chamana que comparte su sabiduría en Ensenada y
que ha añadido nuevos métodos de curación, es la poeta Liz Durand. Durante
varios años ha practicado las limpias y un modo de curación a través de la
escritura.
Liz menciona que para curar, hay que hacerlo desde
adentro, conectando el cuerpo con la mente. Dándole el poder de sanación a la
escritura, que siempre libera algo de nosotros en cada en letra. Concluye
“Tengo mis amuletos, las palabras”.
Ambas chamanas, concuerdan que el chamanismo es una
profunda sintonía con el cosmos y que se necesita la convicción de aquél que
busca, para obtener resultados.