¿Charlatanes?
Aprende a identificarlos
Al solicitar cualquier servicio siempre existe el riesgo de estar
contratando a un charlatán. En la ciudad se pueden ver muchos anuncios de
supuestos brujos y brujas ofrecen sus servicios asegurando resultados rápidos. Sin
embargo, muchos de estos trabajos terminan siendo una estafa, pues no obtienen
los resultados esperados y solo ven como la cartera se va haciendo más delgada.
Por esa razón, Martín Espinoza, un brujo de la ciudad, asegura que a pesar
de que no existe una lista oficial de síntomas que indiquen que un brujo es
charlatán, comparte algunos consejos que podrían funcionar como guía para
identificarlos:
1.
Un brujo no estará rodeado de Santos, ni de imágenes
relacionadas con la iglesia para protegerse.
Los brujería llama a las fuerzas
de la oscuridad, sería ilógico que a quién se invoca para pedir ayuda se le
temiera y peor aún, se protegieran contra ellas. En todo caso de que exista
alguna simbología cerca del brujo, será alguna que rinda culto a la Santa
Muerte, por ejemplo.
2.
Un brujo leerá el instrumento (tarot, mano, etc), no al
cliente.
Los brujos charlatanes, ponen
mucha atención en el lenguaje corporal de quien acude a ellos con el fin de
guiarse y obtener información, para así lograr dar algún veredicto que hayan
deducido luego de su observación; algo que nada tiene que ver con poderes
mágicos.
3.
Un brujo charlatán utilizará frases ambiguas.
Durante su discurso,
el brujo charlatán usará frases ambiguas para convencer a su cliente que tiene
el don de la clarividencia. Dira frases como “Eres una persona que tiene muchas
cualidades, pero no todos lo reconocen”. Esta es una expresión que podría
aplicar con cualquier persona.
No solo la brujería corre peligro de charlatanería,
también el chamanismo. Y para esto, una de las chamanas de la ciudad, nos
comparte las siguientes pistas para pillarlos:
1. Un chamán no cobra.
Un chamán
falso seguro tendrá un precio para cada uno de los trabajos o sabrá cómo sacar
provecho de alguna forma.
Al chamán sí hay que pagarle, pero, él recibirá a cambio de sus servicios lo
que el consultante desee dar. No busca lucrar con un don que le ha dado la
naturaleza.
2.
Los chamanes “no sacan la cabeza”
Un chamán no
anuncia sus servicios, si no todo lo contrario, permanece con un cierto
distanciamiento del resto de la comunidad.
3.
Un chamán “hace sin que lo vean”
Un chamán
falso se vanagloriará a sí mismo. Gritará a los cuatro vientos que es un humano
poderoso y contará una y otra vez todos sus éxitos. Un verdadero chamán sabe
que lo importante es sanar, guiar, enseñar y vivir sano y feliz; no la
fama y el reconocimiento de los demás.
Después de estos consejos, solo queda ser muy
observador y no dejarse engañar.