Se cumplieron dos años de su partida, mas no de su olvido. El recuerdo de Estefanía Davis González se mantiene vivo, tal vez no tan vivo como se ocupa pero tampoco muerto como algunos quisieran, sobre todo aquellos que ven en el tiempo que cubre todo a su mejor aliado.
Aquel 17 de noviembre de 2013 la niña ingresó agonizante al hospital. Llegó herida de muerte de acuerdo a los dictámenes médicos. Horas después y a su corta edad, dejó de existir.
Aquello fue el fin de una vida llena de agresiones y sufrimientos, el fin de un drama inenarrable; un calvario.
La muerte de Estefanía nos caló. La sentimos tan propia, tan cercana. Miles marcharon demandando justicia y castigo ejemplar para los responsables. La autoridad dudó en asumir su responsabilidad, por eso fue arrinconada, emplazada.
El titular aquí de la PGJE tardó en dar la cara. Se ocultó. Mientras que fuera de sus oficinas los gritos y reclamos se avivaban. Allí se encendieron veladoras y se dejaron escapar globos blancos en memoria de la niña.
La presión social como pocas veces vista rindió frutos. A la vuelta de algunas semanas dos mujeres señaladas como presuntas responsables de la muerte de Estefanía fueron detenidas y enviadas a prisión. Ahí permanecen.
La condena social subió de tono por la cercanía que las mujeres mantenían con la menor. Una era su madre, la otra una inspectora escolar pareja sentimental de la primera.
Así han pasado ya dos años. Dos largos años.
Con dos mujeres tras las rejas y una condena que no llega.
Con dos mujeres en prisión y muchas especulaciones.
Con dos mujeres procesadas y un reclamo de justicia que no termina por sofocar el tiempo.
Un reclamo de justicia que si bien no se traduce en marchas, en veladoras encendidas o en globos sueltos, se mantiene vivo. Cierto, no tan vivo como la historia de Estefanía lo obliga, pero tampoco muerto.
…han pasado dos años. Dos largos años.
Revelaciones últimas
Han pasado mas de dos meses que el cadáver de una recién nacida desapareció de las instalaciones de los Velatorios del DIF Estatal aquí. Dos meses y contando.