Publicidad | Contacto | | | | TDM
La Moneda
Tipo de Cambio
Compra
Venta
20/10/2024
$18.69
$19.10

¿Por qué hablar de género en una columna sobre sexo?

En serio… hablemos de sexualidad

Nota publicada el 3 de agosto de 2016
por Rocío Linares

En casi tres años de escribir esta columna semanal he recibido algunos correos que han ido desde solicitudes terapéuticas hasta preguntas específicas sobre situaciones de las que se ha hablado de forma general en estos contenidos. Otras veces me reclaman o felicitan por la apertura o forma de lo escrito. Y existen ocasiones en las que me han preguntado por qué hablo tanto de género si a la gente (o a los que me preguntan, más bien) le interesa más leer o saber más sobre técnicas sexuales para alcanzar “mejores” orgasmos, más duraderos, numerosos, etc.

Esta pregunta es curiosa y tiene varias respuestas. Lo primero y más obvio sería recordar que la sexualidad incluye todos los aspectos biológicos, psicológicos y sociales que la influyen y se manifiestan a través de diferentes factores como el sexo biológico que a su vez tiene 7 dimensiones distintas; el género y sus vertientes de identidad, roles y estereotipos; lo que la cultura, leyes, normas, usos y costumbres digan acerca de ella. Esto sin olvidar que los pensamientos, acciones, sentimientos, fantasías y planes en la vida están influidos por cómo estamos viviendo nuestra sexualidad.

Si nos limitáramos a hablar sobre posturas sexuales (que curiosamente es un tema muy poco tratado en este espacio), técnicas de estimulación oral, anal, vaginal, manual, bucal y las formas de protegernos cuando las llevamos a cabo, estaría limitando la sexualidad a una cuestión mecánica en la que solamente tendríamos que “operar correctamente la máquina del cuerpo propio o de otra(s) persona(s)”, lo cual es una agresión que la visión de la sexualidad ya ha vivido durante bastante tiempo como para además reproducirla aquí.

No digo que sea algo malo. Al contrario, es útil y divertido saber estas cosas y más aún practicarlas, aprenderlas y equivocarnos en el intento para terminar riendo a carcajadas con nuestro o nuestra acompañante.

Sin embargo, algo qué defender eternamente es el ejercicio pleno de la sexualidad en todas sus formas y uno de los impedimentos más cotidianos (y de tan cotidianos, invisibles de repente) es el género. No por el hecho de sentirnos hombres, mujeres, ambos o ninguno, sino porque a partir de esta diferencia natural y social, hay otras diferencias que son creadas para el beneficio de un género sobre otro en cuanto a la distribución del poder. Históricamente del hombre sobre la mujer.

Esto se ha manifestado en los usos y costumbres de muchísimas culturas alrededor del mundo incluyendo la nuestra. La idea de hablar de género es darle visibilidad a las cosas que cotidianamente hacemos que reproducen pequeñas y atroces injusticias que no nos permiten disfrutar de nuestra vida en todos los aspectos.

Esto incluye algunos ejemplos alrededor del mundo: Pensar y decir que el hombre que realiza quehaceres domésticos está “ayudando” a su esposa con sus obligaciones y no cumpliendo con un deber que también es suyo; que las fobias a la diversidad son correctas; que las mujeres violadas se lo buscaron por su forma de vestir o algo que hicieron mal; el permitir ropa veraniega a las mujeres pero no a los hombres en ciertos espacios laborales; obligar a las mujeres a usar zapatillas de tacón para jornadas laborales completas; que debemos limitarnos a usar ropa de nuestro género asignado al nacer; abortar o matar bebés recién nacidas porque son un deshonor para la familia mientras tener un bebé varón es una gracia; tener como prioridad la educación de los varones por encima de la de las mujeres al interior de algunas familias; entregar niñas o mujeres como esclavas o esposas en contra de su voluntad; entregar jóvenes varones para la guerra o trabajos arriesgados; el tráfico de mujeres para la prostitución; etc.

Si estamos viviendo situaciones que vulneran nuestra calidad de vida y no las estamos contemplando con seriedad o lo hacemos pero no tenemos idea de cómo resolverlo, difícilmente servirá de algo que les diga cómo estimular un glande o un clítoris para que vivamos una sexualidad más plena.

Si además tomamos en cuenta que el coito no es sino una pequeñísima parte de nuestra sexualidad que además es resultado de todo lo que hacemos o dejamos de hacer con nuestra relación de pareja, nuestros semejantes y nosotros mismos, estaremos hablando de que describir una buena técnica será lo de menos si nos conocemos y comunicamos adecuadamente sin las barreras que nuestro género pudiera otorgarnos.

Es decir, por ejemplo, si los hombres pueden aprender a sentir y expresarlo adecuadamente y las mujeres nos apropiamos de lo que nos pertenece por derecho humano, estaremos un paso más adelante en nuestra vivencia de plenitud sexual que si nos volvemos expertos y expertas en estimulación genital. Desde luego, una cosa no excluye a la otra.

Derechos Reservados 2024. Queda prohibida la reproducción total o parcial de la nota sin la autorización previa y por escrito de Ensenada Net.

Maestría en Mercadotecnica Digital - Becas
15 de octubre vence plazo para tramitar precartilla militar
Es requisito en algunas escuelas y dependencias
Colgaron narcomanta en el Puente El Gallo este lunes
Con amenazas presuntamente contra policías de la FGE
Un estadounidense quien murió en intervención policiaca
Abrieron carpeta de investigación, en espera de necropsia
Buscan a la menor Leslie Alejandra Arce Núñez de Ensenada
Desapareció el 7 de octubre en Villas del Rey
Muere un hombre tras ser detenido por una falta de tránsito
Falleció a bordo de una patrulla municipal
|
| Ensenada.net es presentado por : TDM