Y el río que suena dentro de la DSPM señala que antes de concluir la anterior administración municipal, varios agentes preventivos recibieron ascensos de grado y que éstos fueron plasmados en sendos oficios.

Ésto es, que supuestamente sí hubo ascensos.

Y de este supuesto tienen conocimiento los actuales mandos de la corporación, a decir de Jesús Luna Lezama, subdirector operativo de la Dirección de Seguridad Publica.

Se escuchan rumores, precisó, pero oficialmente no hay nada.

Dijo que los agentes que integran la DSPM iniciaron esta administración con los mismos grados que presentaban hasta el pasado 30 de noviembre.

Afirmó que el tema de los ascensos está detenido por una resolución del Tribunal de lo Contencioso Administrativo. Que mientras esta instancia no determine lo contrario así seguirá.

De acuerdo a elementos policiacos, varios de sus compañeros recibieron ascensos de grado plasmados en sendos oficios antes de finalizar la anterior administración.

Explicaron también que los “ascendidos” podrían inconformarse judicialmente debido que sus ingresos no se han modificado en lo que va del actual gobierno municipal.

El proceso para otorgar ascensos en la DSPM se empantanó luego de que una regidora del XXI ayuntamiento, el ex sindico procurador y funcionarios de la DSPM intentaron “colar” sin éxito a incondicionales en la lista de agentes que subirían de rango.

La informalidad de Novelo.

A poco más de 20 de días de rendir protesta como alcalde, Marco Antonio Novelo parece seguir en campaña. Así se comporta, así lo tratan sus más cercanos colaboradores.

Novelo se mueve con una agenda de trabajo en donde la formalidad del protocolo no aparece por ningún lado. Sus presentaciones en público evidencian que el primer edil llega desprotegido de información, sin discurso, al “ahí se va”.

Los asesores del alcalde, si es que los tiene, no se hacen notar.

Marco Novelo es un buen tipo. Sencillo y carismático. Pero ni la sencillez ni el carisma son suficientes cuando no se tiene rumbo ni estrategia de gobierno. Por supuesto que no.

Llego el frío y sus inclemencias.

Llegó el frío y nos mostró insensibles para con los grupos vulnerables, principalmente para con los cientos de personas en situación de calle que se ubican por distintos rumbos de la ciudad.

Llegó el frío y no se dispone de albergues para socorrer a los desvalidos, a los necesitados, a los desprotegidos.

Llegó el frío y nos evidencia como una sociedad que camina detrás de las emergencias, de las prioridades, de lo que realmente importa.

Llego el frío y con él la oportunidad de enmendar errores.