Abelardo era un gran creativo, llegó a Baja California y en particular a Ensenada como parte de las campañas políticas del Partido Acción Nacional cuando se acababa de erigir en el ganador que había desbancado al PRI.

Asociado al blanquiazul hizo carrera en el área de comunicación social donde cosechó amigos y enemigos mientras daba la cara y toreaba a medios, radio, prensa, televisión y luego el inicio de internet mientras las redes sociales, eran apenas una posibilidad en el horizonte.

Abelardo padecía desde niño los estragos de la polio que volvieron sus huesos frágiles, pese a lo cual determinado como era, se desarrolló en el mundo de la creatividad. Tras concluir la Universidad empezó a moverse en el mundo de la política como creativo y muy pronto sus ideas y campañas fueron consideradas por el PAN.

Fiestero como pocos, Abelardo se acabó los cigarros que le tocaban a los demás y se bebió de pasada varios tragos de más. Contaba entre risas que en la tarde se cobijaba bajo un manto sagrado, como le llamaba a El Sarape, uno de los sitios donde parrandeaba y en el que se congregaban los políticos por la noche.

Su virtud principal era el amor incondicional para Lucas y Camila sus hijos, a quienes vimos crecer todos los que los conocimos de cerca observando su paciencia y atención para con ellos.

Eran las ocurrencias de sus pequeños, sus historias y triunfos parte infaltable de la conversación.

Era además para las personas con quienes trabajaba un buen jefe, al que nunca en años, escuché hablar mal de ellas y con los que ideó formas para mantenerlas cómodas en el departamento de Comunicación Social en las instalaciones que había en el Riviera primero y luego en el nuevo edificio del gobierno del Estado.

Los cambios políticos lo sacaron primero de Comunicación del Estado y lo regresaron a la CESPE donde tenía su base y ahí siguió para impulsar desde ese sitio las primeras campañas de cuidado del agua algunas inolvidables como la de “bañarse como lagartija pegado a la pared” por la colocación de reductores o convertirse en un esqueleto mientras esperas caer agua si no se paga, que actualmente serían muy mal vistas.

Hizo campañas exitosas, de concientización para cuidar el agua, una imagen que hasta hace poco era visible en la planta de la CESPE de Delante y Reforma, era la de un Vaso lleno de popotes, con una sola frase, cada vez somos más.

Le encantaba la política y también hizo amigos, enemigos e incluso intentó ser candidato.

Desde hace varios años su salud se había deteriorado, pero mantenía un círculo de amigos, muchos del mundo creativo donde dejará un hueco difícil de llenar.

Abelardo, nos faltó cerrar el ciclo pero donde estés, Descansa en Paz.