La semana pasada consultamos su opinión sobre el regreso del carnaval a la playa municipal. El 52 por ciento de los participantes se inclinan por señalar que será peor; el 24 por ciento opina que será igual y otro 24 por ciento menciona que será mejor. Gracias a todos por participar.
Nuestra historia con la playa municipal es muy reciente.
Hace cinco años la continuación del malecón existía solo en el discurso. La habilitación de los espacios frente a la playa cautivó de inmediato a los ensenadenses y estableció la posibilidad de contar con un área de festejos urgente para la ciudad.
Con Pablo Alejo en la presidencia municipal, se trasladó el carnaval de su ubicación histórica en el centro de la ciudad a la playa y contra todos los pronósticos, los resultados fueron positivos.
Con la llegada de Enrique Pelayo y en medio de una gran polémica (para variar), la zona de festejos se cambió al bulevar costero, “para apoyar a los servidores turísticos del primer cuadro de la ciudad”, se justificó en su momento.
Las molestias por esta medida fueron inmediatas, pues finalmente el bulevar costero es una importante arteria para la ciudad. Se recomendó utilizar la calle diez y mucha paciencia para quienes la circulación por esa zona fuera indispensable.
La nueva administración municipal apuesta por capitalizar las experiencias positivas de periodos anteriores, independientemente de su origen. El hecho de que el público no lo aprecia (52 por ciento en contra), es posible que se deba a un problema serio en el manejo de la comunicación institucional. Otra bomba de tiempo en el cinturón del profesor Hirata.