Especialmente cuando el tema converge con las limitaciones físicas observables o no observables (conocidas generalmente como discapacidades o diversidad funcional) la parte del tabú es aun más arraigada porque por cultura general a las personas que pasan por estas situaciones se les piensa automáticamente como asexuadas, sin deseo o sexualmente indeseables, lo cual desde luego merma su autoestima y autoimagen sexual.

En respuesta a las necesidades de las personas con limitaciones que tienen que ver con su sexualidad, desde hace unos años en España se ha desarrollado un proyecto que comenzó con unas pocas personas interesadas y otras voluntarias que se animaron a hacer el “experimento” entonces bajo el argumento de que nunca pensaron que en sus vidas pasaría el poder tener la oportunidad de conocer de primera mano el acto sexual, dado que algunas personas requerirían de ayuda incluso para masturbarse.

Tandem Team es un proyecto pionero en Barcelona, España, que comenzó a finales del 2013 y se trata de hacer un puente entre personas con las características ya descritas y asistentes sexuales profesionales que se dedican a ofrecer sus servicios a esta población. El proyecto nació cuando Francesc Granja, terapeuta emocional, sufrió un accidente que le dejó cuadripléjico a los 32 años, y en la investigación se unió María Clemente, una psicóloga especialista en neurorrehabilitación. Para el 2014 ya existía un sitio web dedicado a esta tarea.

Se aclara que no es un servicio de prostitución. La diferencia está en que quienes trabajan en la asociación son personas que están entrenadas en cuestiones relativas a las condiciones de las personas que verán: inmovilidad, sondas, sillas de ruedas, gestos y disposiciones muy especiales. Esto no únicamente en la teoría al respecto sino también en un marco de sensibilidad que da cabida al deseo sexual de dos vías, a la comunicación y a la cercanía que hacen integral el servicio que ofrecen, pues no se trata solo de fricción. Es un servicio que ofrece asesoría en todo momento, desde el primer correo, la entrevista, la selección del(a) asistente sexual adecuado(a), etc.

En los testimonios que hay en diferentes medios respecto a la experiencia de las personas atendidas, existe la idea de que es diferente a cualquier cosa vivida anteriormente, pues no es solo genitalidad, también hay bienestar emocional en muchos sentidos, ya que los asistentes no lo hacen por caridad sino por cariño a la labor y a las personas que atienden. Desde luego el acompañamiento íntimo y erótico no puede hacerlo cualquier persona, como en cualquier contexto suele pasar.

En el campo de las limitaciones psíquicas también ha habido proyectos que asisten sexualmente a personas que lo requieren. Aspasia Canarias es una asociación que trabaja con talleres y juegos que pueden incluso ser terapéuticos para las familias, y sostienen con justa razón que los servicios de asistencia sexual deberían ser parte del paquete básico de salud para las personas con diversidad funcional, pues es una necesidad tan válida como la de que reciban ayuda para vestirse, alimentarse o trasladarse.

En la parte legal, hay países que ya están en proceso. En Suiza el servicio se permite legalmente en un número limitado de citas y se prohíbe la penetración en los encuentros que suceden durante las mismas. Obviamente los asistentes sexuales que conocen la experiencia de primera mano están en contra de estas regulaciones porque los políticos desconocen las necesidades individuales de las personas y no pueden opinar atinadamente para todos los casos.

En el caso de Francesc Granja, fundador de Tandem Team, ha mencionado que no pretende cambiar leyes en España ni hacerse de discusiones políticas, pues lo que él y su equipo hacen es voluntario, por vocación de ayuda, y se sostiene con aportaciones de los socios en un 50% y el resto con talleres y cursos que se ofrecen en la asociación.

Ojala en México también se formen asociaciones tan beneficiosas como estas, ya que actualmente según OMS e INEGI 14% de nuestra población sufre alguna forma de diversidad funcional y a ese total se suman alrededor de 270 mil personas anualmente, cifras nada despreciables.