30 de marzo del 2009

El 30 de marzo llegamos amaneciendo a Punta Norte en Isla de Cedros el antepenúltimo sitio a donde llegaríamos para dar mantenimiento a la baliza del sitio, la cual estaba recién pintada y con una sorpresa.

Desembarcamos en la costa a pocos metros del lugar en una entrada de mar abierto, donde fue bastante complicado el desembarque, pero gracias a la pericia de Chalío pudimos bajar perdiendo en el proceso uno de los remos unos minutos debido al oleaje.

La baliza esta funcionando perfectamente y cuando nos acercamos para subir, Emilio y Jorge descubrieron que no había escalera, y la que nosotros llevábamos -cortesía de la vandalizada de San Quintín- estaba muy corta, se requería una de al menos cuatro metros.

Mientras ellos decidían  que hacer, descubrí que esta Punta tenía muchas plantas aun  verdes y con  flores a las que tomé fotos hasta que me llamaron para subir de nuevo a la lancha y de ahí al Alkaid donde esperaba otro tramo este de seis horas a Punta Blanca en la costa a la altura de Cataviña ya en la Península.

No tenía sueño así que estuve un rato en cubierta mientras trataba de observar sin éxito como nos acercábamos a la costa, por la intensa neblina, opté por no desayunar porque el movimiento anticipaba que sería un poco mas fuerte y finalmente me fui al camarote a dormir hasta llegar a las 13:00 horas a Punta Blanca.

Pensé que bajaríamos pero el mar estaba bastante picado y las olas llegaban a la costa, ahora si visible desde donde estaba, con mucha fuerza, por lo que el Capitán Torres, decidió que era demasiado riesgo bajar la lancha y mandar gente a la costa.

Se decidió pues seguir de paso hasta la Bahía de Todos Santos a una hora de camino de Ensenada y a 24 horas de el lugar donde estábamos, pero era a fin de cuentas regresar a casa luego de 14 días de barco.

Ese día aunque había algo de movimiento en el mar José Careaga el cocinero al que los tripulantes llaman “Chepo” hizo espagueti, que comí porque estaba muy rico y porque después de eso, estaría en el camarote casi 20 horas más. hasta estar de vuelta cerca de tierra firme.

El cocinero del Alkaid tiene un aparato raro que coloca en su estufa cuando hay mucho movimiento en el mar, es una pieza de herrería que  forma una protección cuadrada del tamaño de las ollas, que se mantienen en su sitio si se esta cocinando.

Pero no solo eso, usan distintas cuerdas para mantener las puertas en su sitio e incluso además de la  base donde se sienta refrigerador  y estufa, les colocan otros refuerzos.

Aun así pueden llegar a volar ollas y objetos cuando el mar esta muy encrespado.