Cadáveres a punto de sepultar que han sido devueltos a la morgue para que se les haga una autopsia en busca de veneno. Conflictos familiares que duran décadas por testamentos impugnados o porque el muerto no dejo un testamento. Un cuerpo reclamado como botín por los familiares.

Estos son sólo algunos de los muchos posibles caminos a recorrer por los deudos (a veces con todo y cadáver), donde las diferencias que surgen por la repartición de los bienes, remontan en mucho la imaginación.

Aunque muchos conflictos tienen que ver con el testamento y la repartición de los bienes, a veces el pleito es por el cuerpo del fallecido que es usado como elemento de venganza.

No se vela, para que no lo vean por última vez. Lo creman cuando el no quería ser cremado o alguien lleva sus cenizas a la iglesia cuando eso era lo último que hubiera deseado el difunto.

El conflicto de la concubina que tiene décadas viviendo con un hombre y a la que los hijos o la ex mujer, no dejan acercarse a la funeraria o al cementerio.