Ocurrió hace muy poco, en el 2013, en la actual administración municipal, cuando una mujer que acababa de enviudar fue a solicitar el acta de defunción de su esposo.

Se trataba de un hombre del cual se presentaron documentos oficiales y se entregó el acta de defunción para proceder a su sepultura.

Entre los documentos había un acta de matrimonio y la mujer comprobó ser su cónyuge.

Sin embargo, unos días mas tarde apareció una segunda mujer que en el mismo registro civil, acudió a solicitar un acta de defunción del mismo hombre y llevó a su vez la respectiva acta de matrimonio.

Pero no fueron las únicas, luego otra mujer se acercó a las mismas oficinas por un acta de defunción del mismo sujeto, que también era su esposo.

Resultó que este hombre, si bien tenía una identidad real, también utilizaba otro nombre distinto y había confusión en el nombre. De esa forma había logrado casarse con tres mujeres distintas que al morir aparecieron a solicitar los documentos correspondientes.

Se había casado en otros estados del país y luego migrado a Ensenada donde finalmente murió, dejando bienes que actualmente siguen en litigio, igual que los matrimonios que tuvo.