Una de las características de un edificio como el Riviera que alberga entre sus paredes 80 años de vida de un pueblo, son las historias que se desarrollaron dentro y alrededor de él.

Van desde los romances, la casa abandonada de un boxeador Jack Dempsey que prestó su nombre para la promoción del Hotel y nunca habitó el lujoso espacio que se le había construido.

Las visitas que hizo al Hotel Playa la diva del cine mexicano Dolores del Río, o el magnate de los periódicos de Estados Unidos William Randolph Hearst y el primer Tarzan, Johnny Weismuller.

Muchas son ciertas y quedaron en la memoria de los viejos residentes de Ensenada ya que estas personalidades por lo general acudían al pintoresco pueblo de pescadores de visita, algunos incluso para hacer obras a favor de la comunidad.

Sin embargo otras son solo leyendas, que fueron desmentidas al revisarse con cuidado los documentos del Hotel como cuenta José Luis Fernández Ruiz.