Sombras Blancas en los Mares del Sur (3)
Una descripción poética de Ensenada
Frederick O’Brien, autor de Sombras Blancas en los Mares del Sur y otros cuentos, dice de Ensenada:
“Ensenada, a tres horas en carro de San Diego, tiene una playa más fina que ninguna otra en las costas del Pacífico, una magnífica concha de arena plateada y brillante, siete millas en curva, intactas por el hombre.
“Cuando hay marea baja, he conducido un auto sobre esta arena como si las llantas dieran vuelta en un boulevard de concreto; tan firme es la playa, tan amplio el camino.
“Los atardeceres de esta playa son fabulosos, recuerdan a aquellos de Luneta, en Manila, conocidos en todo el mundo. El gran mar calmado, los cerros cercanos y distantes montañas, el gigantesco valle, medio desértico, medio tropical, y sus montañas que abrazan, y la vaga atmósfera de antiguos indígenas, desvanecidas memorias de misiones, le prestan a la mente un romántico fondo, una mezcla real y misteriosa, que, con los ojos llenos del brillo del cielo oeste, hacen a Ensenada extraordinariamente provocativa de bulliciosas y agradables sensaciones, de imágenes deliciosas.
“Para alguien que siente la afinidad del desierto, la marea, el sol y las estrellas, de islas mar adentro, sierras nebulosas, y las caras morenas y voces suaves de la gente mexicana, a quienes les gustan sus buenas maneras, su modo gentil y su risa alegre, Ensenada es el refugio más cercano del ruido y el bullicio industrial, la brillante opulencia y la aburrida ambición de nuestra América.
“Uno debe ir a Ensenada a jugar, a bañarse, a caminar, a pescar o a cazar, a descansar y disfrutar lo que venga. Pero como los americanos son gente triste, enamorada de las llantas y el jazz, se proveyó para ellos en Ensenada, entre esa arena plateada, frente a ese océano que pulsa de México a China, todo el confort y diversión de casa.
“Un nuevo palacio, que es hotel y casino, ha sido abierto después de muchos meses de trabajo conjunto de arquitectos, ingenieros, artistas de paisaje e interiores. En la nueva y magnífica construcción, uno puede dormir como en el Ritz, comer como en Monte Carlo o Nueva York, tomar las esencias de Champagne o Escocia, y, si lo desea, probar su suerte en juegos de azar bajo la dorada cúpula de un templo de riesgos.
“Todas estas inhibiciones, prohibiciones, todas aquellas exhibiciones de puritanismo tan queridas por nuestras almas pioneras, se renuncia a ellas en Ensenada. Porque es tierra extranjera en ley, en costumbres, en su indulgencia en esos deseos de juego de todos nosotros, cuya negación aflige nuestro buen humor americano. Como un valiente indígena tal vez encuentre su sueño de buena caza después de dejar el tipi por la tierra de nubes, así el americano con algunos días de descanso y un poco de ahorros puede ir a Ensenada a quitar de sus hombros la carga del negocio, los cuidados del convencionalismo, la molestia de nuestros mil quehaceres. Es un lugar para el placer, para el deporte, para satisfacer caprichos.”
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El nuevo Hotel y Casino Playa de Ensenada, está destinado a ser uno de los grandes hoteles resort del mundo, y completa la perfección de Ensenada, a quien solo le faltaba esta gigante y laberíntica estructura para convertirse en el más notable lugar de agua en el Pacífico.
Infinitamente remoto en ambiente, color y encanto, pero físicamente distante solo unos minutos por avión y pocas horas en carro o barco de la California americana, Ensenada es atractivamente accesible.
Cómodamente escondida entre montañas y el océano, Ensenada posee una ubicación natural sin igual.
Fresca en el verano, calientita en invierno, Ensenada está dotada con un clima por excelencia.
Protegida por una bahía de media luna reconocida como una de las más hermosas en existencia, Ensenada es un Newport que invita desde los yates más pequeños hasta los barcos más grandes. De hecho, para corresponder a este lugar de reunión de placer, una serie de regatas y otros deportes marinos y de tierra serán organizados en Ensenada bajo la capacitada dirección de Andrés de Segurola de la compañía de resort.
Ensenada es la puerta a un paraíso del deporte, en el agua así como en la tierra; abunda el atún, albicor, pez cola amarilla, pato, codorniz y venado. Baja California, donde Ensenada es uno de los puertos principales, y punto de entrada para el distrito norte de la península. Sin duda sigue en vigencia lo que el científico, Dr. Gustav Eisen, declaró que era, a saber, con la excepción de ciertas pequeñas islas desérticas y porciones de la región polar, la tierra más desconocida en existencia.
Sin embargo, Baja California es una tierra más grande que Inglaterra, más larga que Italia, hermosa como Grecia, encantadora como España o Florida, variada como la Alta California … una tierra de mar azul y playas thaitianas, de rígidos desiertos y agradables oasis, de altas sierras y bosques primaverales donde la caza mayor todavía está al acecho.
¡El borrego cimarrón se deja ver en los accidentados escarpes de la sierra de San Pedro Mártir! ¡El cóndor gigante de California, el ave más grande, se sube ahí en un hombro del Picacho de la Providencia, a 10,000 pies de altitud, despreciando moradas más bajas y terrenas!
Es interesante notar que este mismo Picacho de la Providencia, que alza su orgullosa cumbre a casi dos millas de altitud, puede ser visto a cien millas desde el mar, cuando en el invierno se cubre con un majestuoso manto de nieve; es importante citar que esta montaña, parte de las desconocidas e inesperadas cualidades de Baja California, a menos de dos horas en avión de San Diego, no fue cartografiada sino hasta finales del último siglo, y no fue escalada hasta bien entrado el presente siglo.
Ahora, sin embargo, Andrés de Segurola espera organizar un club alpino en el hotel Ensenada para escalar esta gran y poco conocida cumbre, al sureste de la bahía de Todos Santos.
Diversa como lo es la California americana, que posee características de los cuarenta y ocho estados americanos, el rango climático de la California mexicana es más amplio, ya que esta inusual península de mil millas no solo incluye Ensenada, fresca como Alaska en verano, sino que incluso la punta sur de la península cruza el Trópico de Cáncer, así que en La Paz uno está cerca de la Cruz del Sur!
La ciudad de la Paz es conocida como uno de los grandes criaderos de perlas del mundo; proveyó muchas de las joyas de la corona de España. Ahí, también, el hombre blanco puso su primer pie en las Californias, cuando Cortés intentó instalar un colonia setenta y cinco años antes de la fundación de James-town; allí orgullosos piratas se congregaban para asaltar al galeón de Manila; ahí se inspiró Alexander Selkirk para crear Robinson Crusoe; ahí estaban acuarteladas tropas americanas durante la guerra mexicana; ahí llegó Walker con sus altos jóvenes filibusteros.
La misión de San Ignacio en Baja California, sigue siendo la más hermosa y mejor preservada de todas las viejas misiones en la costa del Pacífico; hace cientos de años, la reina de España donó a esta misión el equivalente a casi un millón de dólares americanos.
(Escrito con fotografía):
(Azulejo local hecho a mano y antiguas piezas decorativas de Cuba, Trinidad y España; antiguas verjas labradas a mano y puertas talladas de las Indias Occidentales; ciprés comido por los gusanos de Florida, y madera de teca de la India, enriquecen el Hotel Playa de Ensenada, lo hacen un lugar de sueños y romance y al mismo tiempo incluye todo el confort de casa. )
En Santa Rosalía en Baja California están las minas de cobre más grandes de Norte América.
Solo la falta de agua fresca ha impedido el uso del mayor puerto natural del mundo en la Bahía Magdalena.
Los poco conocidos indígenas Seris en la Isla Tiburón en el Golfo de California eran una raza tan alta y robusta, y además salvaje, que popularmente se cree que son los originales de Dean Swift’s Brobdingnagians en Los Viajes de Gulliver.
Tan extraordinaria es la vegetación de Baja California que Edward W. Nelson, Jefe del Buró de Investigación Biológica, Departamento de Agricultura de Estados Unidos, dijo “Da al paisaje una apariencia que sugiere un tiempo geológico remoto.”
Baja California es rica en recursos minerales. A finales de los ochenta del siglo pasado, Ensenada tuvo su auge de oro semejante a los pueblos de oro de la California americana. Millones de dólares en oro se han sacado de la mina del Álamo al sureste de Ensenada.
Frederick O’Brien, querido escritor de cuentos de los Mares del Sur, quien perfeccionó su español en Ensenada hace treinta años, regresó ahí en 1930 con la confesión: “Tengo 61 años de edad. Los Mares del Sur están muy lejos. El único sustituto es Ensenada, la cual, con su admirable playa y altas e insinuantes montañas, me recuerda irresistiblemente de las Marquesas. Haré mis Mares del Sur aquí en casa, en Ensenada, donde planeo vivir en ocasiones y escribir.”
La Sra. de Robert Louis Stevenson, quien después de la muerte de su famoso esposo pudo encontrar genuina resignación en un solo lugar, le escribió a Charles Scribner lo siguiente: “Estoy en un dulce sitio perdido conocido como Rancho El Sauzal, a seis millas de Ensenada en Baja California. Si no tuviera familia me quedaría aquí para siempre; excepto por los pájaros, y el mar, y el viento, es tan divinamente callado, y yo amo tanto la paz. Si el mundo alguna vez aprende de la magia sanadora de este país, habrá una fuerte aglomeración hacia aquí, tan largamente despreciado como un desierto inútil.”
Arthur Walbridge North del Club de Exploradores de Nueva York, dice ser la mejor autoridad viviente en Baja California, recientemente hizo una nueva conquista de su querida península. Un grupo que incluía a su esposa y su hija Mary de diez años viajaron hacia el Río Colorado, llegaron a San Felipe en el Golfo de California, luego dieron vuelta hacia adentro cruzando la península, convirtiéndose las dos mujeres en las primeras mujeres blancas en cruzar Baja California de este a oeste-otro ejemplo gráfico de la naturaleza pionera del país.
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Y ahora hablaremos del Hotel Playa Ensenada. Atrás del proyecto se encuentra la Corporación México-Americana, encabezada por hombres tales como Jack Dempsey y su administrador, Eugene Normile; Martin J. Healy de San Diego; Manuel Reachi de la ciudad de México; Andres de Segurola de Nueva York y Hollywood. La compañía operadora del hotel está encabezada por James Wood, famoso hotelero americano, con Charles B. Hervey como vice-presidente y director administrativo.
El hotel consta de una gloriosa estructura con arquitectura mediterránea, repleta de azulejo local, hecho a mano, y antiguas piezas decorativas de Cuba, Trinidad y España; antiguas verjas trabajadas a mano y puertas talladas de las Indias Occidentales; cipréses comidos por los gusanos de Florida componen la decoración del techo; madera de teca de la India en los pisos.
Alfredo Ramos Martínez, distinguido pintor mexicano, a llevado a cabo en el hotel una serie de murales que ya han llamado la atención de artistas conocedores, dando carte blanche; el maestro se ha superado a sí mismo. Así que una visita a Ensenada, aunque fuera solo para ver las pinturas, valdría mucho la pena.
Los murales, que se encuentran en la entrada principal, frente a la bahía, representan varios tipos de señoritas mexicanas. Estelle Taylor Dempsey posó para uno de estos murales.
Igualmente fascina la decoración de la escalera, casi un ciclorama, realizada por Martínez, que va del Casino a un piso de arriba. Las paredes de abajo representan la entrada a una iglesia. A la derecha, tres monjes en profunda meditación bajan los escalones de la iglesia; a la izquierda, unas campesinas entran a la iglesia. A la vuelta de las escaleras la pintura plasma el interior de una iglesia, con la Virgen de Guadalupe como figura central. A la derecha de la virgen está una niña con flores, a la izquierda un peón y su esposa arrodillados en oración. En la parte superior izquierda de la pintura están tres monjas.
¿Qué mejor prueba que esto que la buena gente de Ensenada consideran al hotel como la más bella y elaborada estructura en Baja California, no solo como un hotel sino como un verdadero hotel de ville o una catedral? Porque, tal como los artesanos de la Edad Media erguieron catedrales imperecederas como depósitos de belleza, disponible para la comunidad entera, así son muchos de los aspectos del hermoso Hotel Playa Ensenada, parecido a una catedral.
Se dice que uno de los directores del resort objetó a esta decoración, a lo que el maestro Martínez replicó: “Puede hacerle bien a algunos de sus visitantes, tanto ganadores como perdedores, pasar a mi pequeña iglesia.”
Da alguna idea de las proporciones físicas del hotel y casino el hecho de que el casino es el más grande en Norteamérica, con el salón principal de juego en forma de un octágono de cincuenta pies de largo y treinta y cinco pies de alto. El lobby del hotel es suficientemente grande para un hotel de mil cuartos. Una vez completado el proyecto se extenderá más de una milla hacia la playa.