En el 2005, la concesión para construir una marina en la pequeña Ensenada frente a la cual estaba hundido el Catalina provocó que las autoridades intentaran apurar el destino final del barco.

Se anunció un megaproyecto turístico denominado Carta Marina que con una inversión de 98 millones de dólares se establecería dentro de la rada portuaria entre la Segunda Zona Naval y la terminal de cruceros.

Era un proyecto de 380 peines para el atraque de embarcaciones de 36 y hasta 100 pies de largo con desarrollo inmobiliario, hotel, condominios, club de yates, área comercial, una marina seca y gasolinera.

Pero pese a que el área donde se construiría se cercó, se anunció en dos ocasiones el arranque de la obra en el 2006 y el 2007, finalmente la obra nunca empezó.