El Catalina, el barco que se negaba a morir
De barco de placer, a buque de guerra y de barco abandonado a lobera.

Por: Elizabeth Vargas Durazo

Una lobera llamada Catalina

Y un auténtico club de Tobi.

Entre diciembre del 2000 y diciembre del 2008, mientras autoridades mexicanas y norteamericanos que buscaban salvar la nave se ponían de acuerdo y se definía si se convertía en museo o chatarra, un nuevo grupo se adueñó del barco.

 

Eran decenas de lobos marinos que en poco tiempo adoptaron el barco como su casa y convirtieron en su mansión privada la embarcación.

 

Con medio cuerpo dentro del agua, el Catalina había quedado con una piscina de mar interior en la cual los lobos marinos bebé eran entrenados sin riesgo de depredadores externos.

 

La cubierta donde en los alegres 20s se escuchaba la música y era usada por los bailarines para divertirse, se convirtió en el lugar más agradable y seguro para tomar el sol.

 

El sonido que emitían los lobos marinos se podía escuchar en toda las colonias aledañas, especialmente por la noche donde sus rompían el silencio.

 

Su presencia se convirtió en un nuevo alargamiento de vida para el Catalina ya que los lobos hicieron que algunos grupos ecologístas presionaran para que el barco ahora convertido en lobera no se destruyera porque podría afectar a la especie.

 

Sin embargo una revisión inicial de especialistas dio como resultado, el descubrimiento de que los lobos marinos del Catalina eran machos casi en su totalidad,  que habían sido desplazados de otras loberas y ahora convivían en una nueva colonia sin hembras, solo machos de lobos marinos de distintas edades.

 

Los lobos desplazados, habían tomado el Catalina como su casa y su zona de descanso pero las loberas originales se mantenían en la zona de Punta Banda y la Isla Todos Santos.

 

En  aquel momento, Semarnat especialistas en Lobos Marinos de CICESE y PROFEPA confirmaron que no se impactaría la especie que para entonces sumaba ya alrededor de 300 ejemplares de distintas edades que habían adoptado el Catalina como su casa.

 

En este mismo reportaje

El barco que se negaba a morir

Llegó a Ensenada en 1985.

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Un fondo inesperado

Algunos datos sobre el SS Catalina

Nombre Civil: S.

Declaratoria a favor de la Nación

29 de octubre de 1998

Galeria de Fotos:

La lobera del Catalina
Un espacio para tomar el sol

Galeria de Fotos:

Los restos del Catalina

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