Un intento de negocio
Un fracaso y varios litigios
De 1975 a 1985 el Catalina permaneció al parecer en el Puerto de San Pedro en donde finalmente lo adquirió un norteamericano que tras la compra lo trajo a Ensenada Baja California con el objetivo de convertirlo en un negocio.
Pero el Catalina llegó en medio de un pleito judicial entre quien decía ser su propietario y el que lo había traído a Ensenada y así a partir de esa fecha el 5 de marzo de 1985, la cuenta regresiva empezó a marcar.
En medio del pleito el Catalina fue adquirido por un grupo de empresarios locales quines lo convirtieron en un restaurante bar y discoteca.
Lo ubicaron para ser colocada en el lugar que hoy ocupa la Terminal de Cruceros y que era entonces solamente un espigón al final del Arroyo Ensenada.
Tras varios años de operación exitosa, inicialmente el Catalina empezó a enfrentar problemas económicos que derivaron en el incumplimiento de pagos a los trabajadores.
Esto desencadenó un nuevo litigio, esta vez de carácter laboral en la cual los trabajadores de la embarcación se quedaron con el Catalina como pago de los salarios caídos. Sin embargo por falta de recursos para operarla la nave quedó en el abandono total a principios de los 90s.